Rubén “Pato” Ramonda (66) vive en pleno centro de Río Tercero. En su casa, de dos plantas, se destacan las huellas artísticas de quien la habita. En cada pared, en cada rincón, hasta en la iluminaria que cuelga del techo.
Hay una escalera antigua con varios descansos. Justo en esos lugares, se pueden apreciar distintas obras. O donde asoma de repente una escultura impresa en una pared.
“Milito el arte”, arranca definiendo “Pato”. Su autodescripción está relacionada a que puede abordar una obra de arte desde la historia de San Martín, pasando por el atentado con las explosiones en Fábrica Militar de 1995, el fútbol y otros diversas temáticas que le atraen. Pinturas y esculturas ligadas al deporte han sido parte clave de su propuesta artística.
Incluso, una serie de grandes obras escultóricas de su autoría adornan puntos clave de Río Tercero para rendir reconocimiento a los deportistas locales más reconocidos en la ciudad que es Capital Nacional del Deportista.
“Soy un portavoz y soy un artista político, a través del arte quiero darle visibilidad, reivindico esos espacios”, se define. “Pongo al arte a la vista de todos”, apunta, tras remarcar que su intención final es que “la gente se integre al arte”.
“Pinto el vacío, siento como una obligación, pinto un momento histórico y hasta un gol en un Mundial. Y si no hay lugar para exponer expongo en la calle. La influencia del Renacimiento me marcó”, explica.
En una habitación, Rubén está pintando un pasaje del Vía Crucis, pero hay que mirar su obra girando la cabeza hacia la izquierda. Pretende, adrede, que no sea convencional. Además, intenta que se note retratada otra imagen, como ilustración superpuesta.
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En mundiales de fútbol pasados, por ejemplo, ensayó otra experiencia: pintó partidos mientras se disputaban. Es decir, pintaba en tiempo real. Lo denomina “arte en movimiento”. En ese momento contaba que pintaba cómo se llegaba a un gol y no el gol mismo.
De aquí, de allá
Nacido en Río Tercero, “Pato” vivió tres décadas fuera de Argentina. Estados Unidos fue su destino. Recuerda que “durante dos años fue el artista oficial de la Maratón de Nueva York”.
Fue distinguido por su relación entre arte y deporte. En 2004, ganó un certamen organizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y representó a Argentina con dos estampillas internacionales de su creación: una aludía a un partido del fútbol del club riotercerense 9 de Julio y otra recreó un gol mundialista en la selección mayor del riotercerense Claudio “Piojo” López.
Describe su estilo “entre narrativo, teatral y figurativo”.
En medio del trabajo de una obra de escultura y pintura, se detiene y explica: “Diseño a mano, maqueteo en cartón, las corto en madera, ajusto las proporciones y después, las corto en chapa. Después hago superposición de planos, especies de relieve”.
En una sala privada que está preparando en su casa, que planifica pueda ser visitada por el público, se aprecian obras plasmadas en óleo y acrílico, que miden dos metros de altura y retratan jugadas de polo, golf, hockey, boxeo, fútbol y otros deportes.
Sobre su serie de esculturas a deportistas dispuestas por el municipio en las calles de su ciudad, marca: “Es la síntesis de la disciplina que el deportista llevó adelante, que sean reconocibles en la acción y que no sean retratos”.
Valora que esas grandes esculturas tienen relación con intervenciones en las que participó en Estados Unidos y en Canadá, en donde “el arte se liga a los espacios públicos”.
Si bien cuenta con un atelier, casi toda su casa está preparada para que comience a dibujar o pintar en cualquier momento. Siempre tiene a mano –dice– lo necesario para plasmar sus creaciones.
Un gran ventanal del living deja ver la Libertad, principal calle céntrica. Ese es uno de los lugares de inspiración, desde donde puede ver cuando el sol toma rumbo al atardecer.
Interpreta que a la ciudad “le falta una sala de exposición privada, más concursos y ordenanzas con presupuestos destinado para los artistas”.
Si bien tiene experiencia de haber vivido del arte en otros puntos del mundo, enfatiza que ya optó por quedarse en Argentina. Y, hacia adelante, sigue alimentando un sueño, que cita: “Participar en la exposición internacional de arte Bienal de Venecia”.
