En un Viernes Santo otoñal cargado de pesar, las calles de Río Primero se vistieron de silencio. Un silencio elocuente, profundo, que resonaba con la angustia de familias, amigos y vecinos que aún no logran comprender la súbita partida de Adrián Loza, de 36 años, y Santiago Vicintini, de tan solo 21. Ambos jóvenes perdieron la vida en la fábrica de dulce de leche “La Blanca”, dejando tras de sí un vacío imborrable.
La convocatoria reunió a una verdadera multitud -en la pequeña ciudad del este cordobés, distante 59 km de la capital- dolida en la explanada del Mástil Mayor. Allí, bajo un cielo gris, se alzaba un cartel que resumía el sentir de todos los manifestantes: “Justicia x Santi y Adrián”.
Con el rostro marcado por la tristeza, unas 1.500 personas (según datos de la Policía) portaban con orgullo y dolor fotografías de Adrián y Santiago.
La marcha silenciosa avanzó lentamente hasta llegar a la parroquia local. En ese espacio de recogimiento, se elevó una plegaria sentida por estos jóvenes trabajadores que murieron el pasado 12 de abril.
Río Primero clamó por justicia
Las voces quebradas de los familiares clamaban por respuestas. “No queremos que esto se olvide, esperamos que esto no quede en la nada. Que paguen los que tengan que pagar”, expresaron con firmeza en una entrevista con El Diario del Pueblo.
El amor y el apoyo recibido por toda la comunidad de Río Primero, incluso de personas desconocidas, sirvió como consuelo en estos días.

La hermana de Adrián manifestó la profunda herida que embarga a toda su familia: “Mis viejos, mis hermanas, y mis sobrinas quedaron quebrados”. Pero en medio del dolor, emerge su promesa: “Llegaremos hasta el final... por mi hermano hacemos todo”.
La exigencia de los familiares no se limita a este trágico suceso, sino que se extiende a la necesidad de investigar otros posibles hechos, buscando evitar que otras familias sufran pérdidas irreparables.
El decreto de tres días de duelo por parte de la Municipalidad de Río Primero, emitido tras el fatal 12 de abril, fue un reflejo del impacto que esta tragedia ha causado en toda esa ciudad de 12 mil habitantes.
Las circunstancias de sus muertes aún se investigan, pero se presume que los gases tóxicos emanados durante tareas de mantenimiento en una cisterna de lombricompostaje fueron determinantes.
“Pedimos justicia y que la gente nos apoye, que nos den una mano”, expresaron los familiares.
“Que esto no se olvide”, exclamaron. Ese fue el mensaje final.

