Barrio Sarmiento tiene un sector que durante el día muestra un intenso movimiento de personas. Está en el centro mismo del barrio, donde se encuentra su amplia plaza con predio deportivo, la escuela primaria, el Centro Integrador Comunitario, el centro de salud municipal, el hogar para niños Candelaria Berti y el salón comunitario.
Todo está sobre una misma cuadra de la calle Río Bermejo, entre Río Gallegos y Río Dulce.
Por la noche ese movimiento diurno cotidiano le da lugar a otro: el de juntadas noctunas, el de picadas en motos y –según advierten ahora los vecinos– el presunto consumo de drogas.
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Esto último es lo que más está inquietando a los vecinos de ese sector, quienes contaron que nunca sintieron la preocupación que tienen ahora por estas situaciones, que ha venido escalando en los últimos años. Dicen que esa zona del barrio no es la única que se ve afectada por el consumo de drogas.
El vicepresidente de la comisión vecinal, Carlos López, graficó crudamente la situación. En declaraciones a radio Estación Urbana dijo que es un grupo de unos 20 chicos, ‘’conocidos en el barrio’', los que están causando algunos desmanes. Relató que lo integran menores de 14 o 15 años y adultos de hasta unos 30 años.
Uno de los últimos hechos vandálicos lo sufrió el salón comunitario. Le robaron los cables de su instalación eléctrica y le rompieron puertas y sanitarios. Es sabido que los cables se roban para luego extraerles el cobre y venderlo.
López dijo que todas las noches hay juntadas en los alrededores del salón comunitario y de la plaza y que ese sector pasa a ser ‘’tierra de nadie’'. Al igual que otros vecinos que reclaman, López dijo que ‘’no hay respuesta policial’'.
‘’La Policía no viene y no se les puede decir nada porque te enfrentan’', comentó López con aire de resignación.
El salón comunitario, que los vecinos del barrio alquilan a un bajo precio para festejar cumpleaños de niños y donde un grupo evangélico realiza sus reuniones, se encuentra también sin agua porque se robaron la grifería, contó una vecina.
‘’Es una pena lo que pasa. Los otros días rompieron algo del centro integrador comunitario, parecía un aire acondicionado, lo tiraron al medio de la calle y le pegaban con palos’', relató esa vecina.
“No es sólo allí”
César Tapia, funcionario a cargo del área de Prevención en Adicciones del municipio de Río Tercero, respondió a este diario que la problemática del consumo de drogas golpea a toda la ciudad, sin distinción de barrios y cada vez menios de edades. Y comparó que esa realidad es la que se padece en todo el país.
Tapia enfatizó que esas preocupaciones de los vecinos no son solo en ese sector: se repiten en otros barrios de la ciudad.
