La media sanción que tuvo en la Cámara de Diputados el proyecto para crear la Universidad Nacional de Río Tercero, el pasado martes, ha generado grandes expectativas en todos los sectores de la sociedad. Más aún, cuando se conoció que la sanción de la ley será inminente: la próxima semana la trataría el Senado.
Desde el sector de desarrollo de loteos de la ciudad se acercaron al menos dos propuestas al municipio para donar tierras para construir la futura sede de la universidad.
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Fue el propio intendente de Río Tercero Marcos Ferrer quien reveló que felizmente la Municipalidad había recibido ofertas de donaciones de terrenos para la futura sede, aunque sin dar más detalles.
Consultados dos desarrollistas riotercerenses por Diario Río Tercero, ambos confirmaron que ofrecieron tierras para la futura universidad. Incluso, coincidentemente, indicaron que ofertaron ‘’seis o siete hectáreas’'.
‘’La noticia de la media sanción me alegró muchísimo y la llegada de la futura universidad nos oxigena como ciudad, porque hasta ahora no se veía en Río Tercero algo que promoviera inversiones’', comentó uno de ellos.
Se estima que pueden ser algunas más las ofertas de donación de predios que realice el sector desarrollista.
Los propietarios de amplias extensiones conocen que la instalación de una universidad o parte de ella hace que todo a su alrededor se desarrolle, de ahí que la donación esta relacionada también con una visión estratégica.
‘’Estamos decididos a donar un predio de unas seis o siete hectáreas para la creación de la universidad; estamos frente a un hecho histórico para la ciudad’', comentó con entusiasmo el otro desarrollista local.
Ambos pidieron reserva de sus nombres hasta tanto lo presenten de manera formal a la Municipalidad.
También hasta tanto la creación de la universidad se apruebe, lo que podría suceder el jueves próximo cuando el Senado la trate en sesión. Se descuenta una aprobación dentro de ese cuerpo.
En el municipio dan la bienvenida a la oferta de donación de terrenos, aunque ya admitieron que en una primera etapa, si la puesta en marcha efectiva de la casa de estudios fuera inminente, se podría apelar al alquiler de instalaciones.
