En julio de 2022 comenzó un proyecto de valor para San Francisco: poner en condiciones integralmente al Palacio Tampieri para convertirlo en museo y residencia de Estado. Desde entonces el equipo dirigido por el arquitecto y magister en Conservación y Rehabilitación en Patrimonio Arquitectónico, Enrique Zanni, ha ido avanzando.
Según se informó esta semana, los trabajos ya registran un 95% de avance concretado y podrían terminarse formalmente en el último trimestre del año.
Pero en una nueva recorrida dentro de la comitiva que acompañó al intendente Damián Bernarte, una mujer decidió comunicar un dato desconocido para la generalidad de las personas.
Susana Macchieraldo observaba las refacciones y los detalles de la obra cuando pidió la palabra para contar una anécdota. Cuando era pequeña se realizó uno de los tantos remates de mueble y objetos que estaban dentro del Palacio Tampieri, ella siempre fue una aficionada a la música y su padre le hizo un regalo muy especial.
“Cuando era niña mi padre me compró un piano que había en este lugar porque me encantaba la música. Es muy hermoso y durante mucho tiempo toqué en ese piano. Mi propósito es que vuelva a su lugar de origen así que, si Dios quiere, cuando este lugar esté a punto de habilitarse al público, aquí estará nuevamente el piano para que puedan apreciarlo todos los presentes”, explicó.
La mujer recordó que hay que hacer una restauración en cuando a algunos detalles que tiene propios del paso del tiempo y afinarlo, pero prometió que cuando el Palacio sea museo y se habilite al público allí estará colocado.
Avance
Ya se encuentra prácticamente finalizada la restauración de los pisos de madera de roble de Eslavonia, la recomposición de molduras internas, cielorrasos, enduido y pintura de muros y cielorraso.
A su vez, el encargado de la restauración de los pisos de madera, Alejandro Bagnarelli resaltó: “Hemos tomado el compromiso de dejar los pisos en óptimas condiciones. En todo este tiempo hemos cambiado parte de pisos que estaban rotos reemplazando por tablas nuevas, el pulido y la colocación de zócalos faltantes”.
El grado de finalización está un 95 % y se hace en paralelo con el trabajo de los albañiles y pintores.
Asimismo, recordó que al comenzar con los trabajos “los pisos estaban en muy mal estado, muy percudidos y abandonados. De hecho, tuvieron que cambiar muchas tablas para que queden en óptimas condiciones”.
