El Copadi pasó a llamarse “Complejo para la Promoción de la Diversidad”, dejando atrás su anterior nombre: “Complejo para la Discapacidad”.
Esto se adecúa al nuevo paradigma sobre la discapacidad que se busca instalar en Jesús María. Quieren que las actividades que se realicen dentro de las instalaciones no sólo queden puertas adentro.
El pasado viernes, en el marco de una jornada especial que se denominó “La vida no importa en cromosomas, sino en cómo somos”, se buscó sensibilizar y reflexionar sobre la importancia de la inclusión, la igualdad de derechos y el respeto por la diversidad.
Es por ello que el COPADI modificó el nombre y la mirada sobre la función que tiene este importante organismo del municipio.
La titular de la institución, Ángeles De Laudo, afirmó que esto tiene relación “con el paradigma actual de discapacidad, que es el modelo social, según el cual la discapacidad no está en la persona, sino en el entorno”.
Es por eso que uno de los objetivos es que las actividades que se realizan dentro del COPADI no queden puertas adentro, sino que se socialicen.
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De Laudo sostuvo que lo central será promover el desarrollo y la autonomía de los chicos desde temprana edad, pero también haciendo énfasis en la adultez, que es el periodo donde más difícil se hace la inserción social.
Actualmente asisten al COPADI alrededor de 80 personas de distintas edades, en su gran mayoría con Síndrome de Down.
Es por eso que se firmó un convenio con la Fundación Jerome Lejeune, especializada en la temática, para que algunas familias tengan acceso a un abordaje integral con especialistas que se enfocan en evitar todas las patologías asociadas a esta condición genética, como el envejecimiento temprano.
Durante la presentación se anunció a los dos primeros beneficiarios de este programa, que surgió de un convenio de colaboración recíproca firmado entre el municipio y la mencionada entidad.
De Laudo recomendó a todas las familias de la ciudad que tengan algún integrante con discapacidad que se acerquen al COPADI, porque muchas veces es el primer paso para encarar un tratamiento o las terapias necesarias para mejorar su calidad de vida.
También se brindan talleres y actividades de socialización que mejoran su desenvolvimiento fuera del hogar.
Una sociedad que no está preparada
Liliana es la mamá de Selena, una niña de 7 años con Síndrome de Down, que será una de las primeras beneficiarias del convenio con la Fundación Lejeune, y resaltó la importancia de brindar este tipo de oportunidades.
Reconoció que tener un hijo con discapacidad es comenzar a recorrer un camino que al principio está lleno de miedos e incertidumbre, porque pone en duda la capacidad de uno como papá o mamá, al no saber si se estará a la altura de las circunstancias. “Después te cambia la vida, porque tienen un amor que es totalmente distinto a todos los amores”, remarcó.
Liliana advirtió que se habla mucho de discriminación, pero en realidad lo que ocurre es que a veces la sociedad no está preparada para las personas con discapacidad.
Esto se da en distintos ámbitos, como el de la salud, por ejemplo, donde algunos profesionales médicos no están preparados para abordar a una persona con Síndrome de Down en una Guardia. Sostuvo que es muy importante trabajar en ese aspecto.
El COPADI es una institución de gran trayectoria en Jesús María y, aunque pasó por diversas etapas, nunca dejó de funcionar y ser un centro de contención para las personas con discapacidad en la ciudad.