Un grupo de repartidores que trabaja a través de la aplicación Rappi realizó ayer un paro, a partir de las 15.
Los trabajadores se dirigieron hacia las oficinas emplazadas en el barrio de Nueva Córdoba. Allí reclamaron un aumento de la base del pedido, de 40 a 75 pesos.
Este medio intentó contactar a los responsables de la oficina, pero no encontró respuesta.
Se trató de la primera acción conjunta que realizaron los trabajadores de aplicaciones en la ciudad. Fue impulsada por la Asamblea de Rappitenderos Autoconvocados.
Desde la organización, remarcaron la necesidad de continuar con las demandas. “Hoy, somos 20, 30, 80; pero mañana, vamos a ser muchos más. Porque esto tiene que continuar creciendo. Queremos que se beneficien las empresas, pero nosotros también necesitamos beneficios”, dijo uno de los oradores, con su mochila de Rappi al hombro.
La manifestación reunió a unos 60 repartidores, quienes dos veces caminaron en torno de la Plaza España. Luego, se dirigió hacia las oficinas de Rappi, ubicadas en bulevar Chacabuco al 800.
Romina, que pertenece a la Asamblea, expresó un agradecimiento a quienes se sumaron a la medida.
“Quiero agradecer a todos los compañeros que hoy se plegaron a esta movilización. Somos un montón de trabajadores que estamos preocupados por las situaciones que nos tocan vivir y queremos ser escuchados”, expresó.
El lema principal de la protesta fue “Rappids y Furioses”. La frase hace alusión a una de las principales condiciones que deben cumplir los repartidores que usan Rappi para trabajar, cuyas entregas se deben efectuar dentro de un plazo máximo de 30 minutos.