La piel, el órgano más extenso del cuerpo humano, actúa como una barrera vital contra las amenazas ambientales como microbios, sustancias químicas, sequedad y fluctuaciones de temperatura, mientras desempeña funciones esenciales para la salud general.
El envejecimiento intrínseco, un proceso natural e inevitable, está ligado a la disminución en la cantidad y actividad de las células madre de la piel. A medida que envejecemos, la capacidad regenerativa de estas células se reduce, lo que lleva a una cicatrización de heridas comprometida, menor eficiencia en la generación de cabello y una reducción en la producción de colágeno. Esto se manifiesta en signos visibles de envejecimiento como arrugas, flacidez y pérdida de firmeza.
Ahora, un equipo de investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess y de la Escuela Médica de Harvard, de Estados Unidos, identificaron a numerosos responsables del envejecimiento de la piel y de sus enfermedades, y trazaron una hoja de ruta de prevención y terapia.
Factores que aceleran el envejecimiento
- Estilo de vida: tabaquismo, estrés, desnutrición y falta de ejercicio afectan la función de las células madre cutáneas.
- Desequilibrios hormonales: los cambios bruscos, como en la pubertad o la menopausia, aceleran la degeneración celular.
- Inflamación crónica: debilita la piel y la hace más propensa a enfermedades.
- Genética y colágeno: la sobreexpresión del TGF-Beta altera la estructura del colágeno y favorece la aparición de arrugas.

El papel del ambiente y la microbiota
- Radiación UV y contaminación: dañan la barrera cutánea y alteran la composición microbiana.
- Microbiota intestinal: cuando se desequilibra, se relaciona con patologías como psoriasis, acné o dermatitis.
- Efectos protectores: una microbiota sana mantiene la humedad, el pH de la piel y refuerza la defensa frente a patógenos.
La hoja de ruta para una piel más saludable
Los científicos recomiendan:
- Mantener una dieta rica en fibra y fitoquímicos.
- Incluir alimentos fermentados y probióticos para equilibrar la microbiota.
- Apostar por el ejercicio regular y la reducción del estrés.
- Protegerse de la radiación solar con hábitos responsables.
Fitoquímicos y estrategias para combatir el envejecimiento cutáneo
El estudio, publicado en la revista Journal of Dermatologic Science and Cosmetic Technology, también destaca el potencial de los fitoquímicos (compuestos naturales de las plantas) como potentes aliados en la protección y el antienvejecimiento de la piel. Muchos actúan como antioxidantes, neutralizando los radicales libres y protegiendo las células del estrés oxidativo e inflamación asociados con el envejecimiento.
Ejemplos de fitoquímicos y sus beneficios para la piel.
- Flavonoides: presentes en frutas y verduras, ofrecen efectos antiinflamatorios y antioxidantes, ayudando a mantener la salud y mitigar el envejecimiento de la piel.
- Carotenoides: encontrados en frutas y verduras de colores brillantes, poseen propiedades antioxidantes que protegen la piel.
- Vitamina C: antioxidante crucial en cítricos, bayas y verduras de hoja verde, neutraliza radicales libres y apoya la producción de colágeno, mejorando la firmeza de la piel.
- Resveratrol: presente en uvas y vino tinto, demuestra efectos antienvejecimiento, mejora la cicatrización de heridas y tiene actividades antioxidantes y antiinflamatorias.
- Curcumina y quercetina: potentes antioxidantes y antiinflamatorios que contribuyen a mantener la salud de la piel y prevenir el envejecimiento.
- Melatonina: producida por muchas plantas y por la piel, tiene propiedades antiinflamatorias, antienvejecimiento y fotoprotectoras.
- Extracto de Romero: muestra actividad para el crecimiento del cabello y aumenta la expresión de colágeno tipo I en fibroblastos.
- Extractos de Ginkgo biloba: protegen contra la degradación del colágeno, inhiben colagenasas y elastasas, y poseen actividad antioxidante.