La hipertensión arterial afecta a 1 de cada 3 personas adultas en Argentina, un promedio similar al resto del mundo, y es una de las principales causas de muerte por enfermedades cardiovasculares. Aunque existen medicamentos eficaces para tratarla, muchas personas abandonan el tratamiento o buscan alternativas naturales.
En ese contexto, un equipo de investigadores de la Universidad de Bristol, Reino Unido, analizó 182 estudios científicos y confirmó que algunas técnicas de relajación pueden ayudar a bajar la presión arterial, al menos a corto plazo.
Los resultados fueron publicados en la revista médica de acceso abierto BMJ Medicine y destacan que, aunque la evidencia es limitada a mediano y largo plazo, los efectos de ciertas prácticas como la meditación, el yoga o la respiración controlada son estadísticamente significativos durante los primeros tres meses.
Cuáles son esas técnicas y cuánto bajan la presión

El análisis combinó datos de 54 estudios centrados en personas con hipertensión. Estas fueron las técnicas que mostraron mayor eficacia para reducir la presión sistólica (el número más alto en una lectura de presión arterial):
- 🧘 Mindfulness (atención plena): reducción de 9,90 mmHg
- 🧠 Psicoterapia: reducción de 9,83 mmHg
- 🕉️ Tai chi / Yoga (movimiento meditativo): reducción de 9,58 mmHg
- 🧎 Meditación: reducción de 7,71 mmHg
- 💪 Relajación muscular progresiva: reducción de 7,46 mmHg
- 🌬️ Control de la respiración: reducción de 6,65 mmHg
- 🎵 Música relajante: reducción de 6,61 mmHg
Las técnicas combinadas, en tanto, demostraron una reducción de 6,78 mmHg.
En contraste, técnicas como la biorretroalimentación o el entrenamiento autógeno mostraron efectos menos consistentes, especialmente más allá de los tres meses.
¿Y a largo plazo?
La mayoría de los estudios analizados no incluyeron seguimientos prolongados. En los pocos que sí lo hicieron (de 3 a 12 meses), los beneficios tienden a desaparecer o volverse estadísticamente insignificantes. Sólo el entrenamiento autógeno mostró cierto efecto a los 12 meses, aunque con baja certeza en la evidencia.
Los autores del estudio advierten que existe un riesgo de sesgo en muchos de los trabajos revisados, además de una falta de estandarización en las técnicas aplicadas. También señalan que hay escasa información sobre los costos y la relación costo-beneficio de estas intervenciones.
“Los resultados de nuestra revisión indican que las técnicas de relajación podrían reducir la presión arterial hasta tres meses después del seguimiento”, explican los investigadores. “Sin embargo, la magnitud de ese efecto y su impacto real en la salud cardiovascular todavía no están del todo claros”.
Estas técnicas no reemplazan a los medicamentos, pero sí ayudan a manejar el estrés, uno de los principales factores de riesgo de la hipertensión. La clave está en la constancia... y en combinar estas prácticas con hábitos saludables.