El juez de Control de Río Cuarto, Diego Ortiz, decidió elevar a juicio la causa contra Gonzalo Gambero, el padre de un bebé de tres meses y medio que murió repentinamente el 22 de agosto de 2017. Está imputado como presunto autor de “lesiones graves calificadas por el vínculo, reiteradas” y “homicidio calificado por el vínculo en concurso real”.
Los hechos se produjeron durante una siesta, hace ya cinco años.
Gonzalo Gambero asegura que cuando se despertó vio a su hijo más pequeño con “la mirada semiabierta”, tono pálido y los labios morados. Llamó a su padre, interceptaron una ambulancia y lo llevaron al hospital, donde falleció. Tanto los fiscales intervinientes en la causa como el juez Ortiz, presumen que el progenitor zamarreaba violentamente al pequeño y que fue eso lo que le provocó la muerte, por daño cerebral.
Las pericias médicas hallaron signos de hematoma subdural, hemorragia de retina, y edema cerebral, lesiones características de lo que se denomina “síndrome del bebé sacudido (SBS)”. Los especialistas consultados por la instrucción dictaminaron que el niño habría sido víctima de zamarreos repetitivos en su corta vida.
La defensora de Gambero, Rosa Sabena, pidió el sobreseimiento de su cliente y cuestionó enérgicamente la Cámara Gesell realizada a la hija de dos años del matrimonio, así como el acta de la pericia médica del bebé. Enfatizó que no fue consignado allí, que un perito dijo no poder precisar si la sacudida fatal se habría producido 10 minutos u horas antes de la llegada al hospital.
Para Sabena, ese dato es clave. La abogada, al igual que un juez de Control que actuó con anterioridad en la causa, cree que si el bebé (que también fue prematuro) sufrió maltrato, debería investigarse a otras personas, no descartar a la madre o la niñera.
Gambero y su abogada denunciaron al fiscal de Instrucción Daniel Miralles y al abogado Darío Vezzaro por supuesta extorsión. Aseguraron que habrían instado a Gambero a “sacar a Sabena de la causa” y declararse culpable para acceder a un juicio abreviado. La defensa aportó testigos del supuesto ofrecimiento. Miralles es investigado por un fiscal de Río Tercero.
“Más allá de los miedos y la incertidumbre, yo no me voy a declarar culpable para acceder a un abreviado porque soy inocente. Tomo la decisión de luchar por la verdad, que esto se termine realmente”, dijo Gambero en una entrevista con este diario.
Argumentos en contra
En una resolución de 134 páginas, el juez Ortiz no considera, por razones formales, algunos aspectos de la oposición planteada. Se limita a analizar el mérito probatorio relativo a la participación de Gambero y la calificación legal.
Entre otros argumentos, cita que los peritos descartaron que la muerte cerebral del bebé haya obedecido a un trauma accidental o una patología. Afirma que consideraron “muy probable la posibilidad de un trauma cerebral no accidental, por movimientos de aceleración y desaceleración, episodios que en la literatura de describen como resultado de la intolerancia del cuidador al llanto o irritabilidad del lactante, con intención de suprimirlos”.
Según Ortiz, por el cuadro de gravedad con que llegó al hospital, tres galenos interpretaron que el zamarreo habría tenido “inmediatez” o se habría producido “pocos minutos antes” del fatal desenlace, en momentos en que sólo estaba el padre con la criatura. El magistrado también hace consideraciones sobre la conflictividad en la relación de pareja de Gonzalo Gambero y Lucrecia Piñeiro (madre del pequeño) y las palabras y reacciones del imputado.
Entre otros datos, la resolución revela que cuando el médico de terapia intensiva pediátrica les dio a los padres el diagnóstico de sospecha de maltrato, Gambero dijo: “¡qué esta diciendo!”, para luego mirar a la progenitora y preguntarle ¿fuiste vos?. Según se consigna, allí la madre, pensativa respondió: “Fue la niñera”.
En el análisis del caso el juez analiza un sinnúmero de situaciones y testimonios, incluido el de la hija de 2 años de la pareja. Con todo, por la prueba colectada, decide elevar la causa a juicio y agrega que “nada impide que en el marco del debate oral (…) puedan surgir otras posibles responsabilidades diferentes a las del aquí acusado”.
Gambero estuvo detenido casi dos meses, desde el 2 de julio del 2018 hasta el 24 de agosto del mismo año. La Cámara de Segunda Nominación lo excarceló por ausencia de riesgo procesal. Esperará el juicio en libertad.
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