La preeclampsia es la enfermedad con mayor tasa de mortalidad en embarazos en todo el mundo, con cifras muy preocupantes.
Su detección y tratamiento es el principal objetivo de los controles prenatales tempranos. Se presenta cuando la mujer padece hipertensión arterial y proteína en la orina después de la semana 20 del embarazo, es decir a finales del segundo o tercer trimestre de gestación.
Si bien se desconocen las causas exactas, se sabe que entre los factores desencadenantes se cuentan algunos trastornos autoinmunitarios, problemas vasculares, mala alimentación, causas genéticas, entre otros.
Hasta el momento, la única manera de resolver este problema es, si el embarazo superó la semana 37, producir el parto. En cambio, si el bebé no está bien desarrollado, los profesionales recomiendan reposo y cuidados extremos, más un tratamiento especial, hasta que el niño tenga posibilidades de sobrevivir y se pueda producir el parto.
“Con esta nueva metodología de controles prenatales desde la semana 12 pretendemos hacer un tamizaje temprano para que todas las madres que estén en riesgos de desarrollar preeclampsia puedan prevenirla”, indicó Mejides, y destacó que esto se logra con un tratamiento basado en la toma diaria de una aspirina en bajas dosis. “Está comprobado que con la aspirina es posible reducir la incidencia de preeclampsia hasta un 50% y sacarla de peligro de cualquier fatalidad o mortalidad”, finalizó.