Este martes tuvo lugar el segundo femicidio en menos de 24 horas, y el cuarto en lo que va de 2025 en la provincia de Córdoba. Esta vez la víctima fue Verónica Torres Zormam (29) y el escenario fue la localidad de La Granja, ubicada a 54 kilómetros de Córdoba capital. El femicida fue Porfilo Romero (57), quien luego de matar a su expareja se quitó la vida.
“En horas de la noche de este martes personal policial tomó conocimiento del hecho por una mujer que manifiesta que su hija no había llegado a su casa. Su último contacto había sido a las 15”, indicó a La Voz Carlos Reynoso, a cargo de la subcomisaría de La Granja.
La madre de la joven se preocupó porque durante varias horas su hija no le respondía los mensajes y cerca de la medianoche del miércoles decidió denunciar la desaparición, junto con su esposo y padre de la víctima.
Tras el testimonio, el personal policial se constituyó horas después en una estancia donde la mujer trabajaba. De acuerdo con los testimonios de los propietarios del lugar, ella se había retirado a las 15.30 del martes, después de finalizar sus tareas.
Sin embargo, Verónica nunca logró salir de allí. Al ingresar en la morada del casero, los efectivos policiales encontraron su cadáver tendido en el suelo y a medio vestir. En una habitación contigua y sin signos vitales, estaba Romero. El hombre, de nacionalidad paraguaya, había decidido ahorcarse.
El cadáver de la joven presentaba una herida punzocortante y un golpe notorio en el lateral derecho de la cabeza. Aunque la Policía Judicial todavía no realizó la autopsia para establecer la mecánica del fallecimiento, se sabe que la muerte ocurrió en un contexto de violencia de género.
A cargo del caso se encuentra el fiscal de Jesús María, Guillermo Monti, quien caratuló la causa en primera instancia como “femicidio seguido de suicidio”.
La principal hipótesis que maneja es que Romero la apuñaló con un cuchillo o elemento punzante y la golpeó en la propia vivienda. Luego se dirigió a una habitación posterior, donde finalmente se suicidó.
Desenlace fatal y un hijo huérfano
Según testimonios recogidos por La Voz en el lugar, la pareja mantenía una relación desde hace unos cuatro años. Se habrían conocido en una panadería dónde trabajaba Verónica y de la cual Romero era cliente. La relación prosperó y ambos tuvieron un hijo en común, que actualmente tiene dos años.
Romero trabajaba como cuidador y a veces como albañil. Por este motivo, la familia vivía en la residencia del casero hasta hace tres meses, cuando la pareja se separó. Verónica volvió entonces a la casa de sus padres junto con su hijo.
Ella trabajaba en la limpieza de la estancia una vez a la semana o cuando lo requerían los dueños. Su puesto principal era en un supermercado de la localidad, donde hace siete meses se desempeñaba como fiambrera.

Aunque sus turnos laborales eran por la tarde, este martes había pedido un cambio de horario para ir a la estancia durante la siesta, por lo que la última vez que la vieron fue al mediodía. La esperaban a la tarde de nuevo, pero nunca volvió.
“Para mi fue por celos. A él todo el tiempo le daban ataques o le recriminaba que estaba con otros. Ella siempre le tuvo miedo. Una vez la corrió con unas tijeras, pero la mayoría de las veces era todo verbal. Siempre nos contaba que le hacía cosas, el sábado nos dijo que le había dicho ´te felicito por tu nueva pareja´, cuando ella estaba sola”, contó a este medio una de sus compañeras de trabajo en el supermercado.
De acuerdo con su relato, pese a estar separados mantenían contacto por su hijo. Ella lo llamaba para pedirle dinero para comprar alimentos para el bebé, pero hacía días que no le contestaba. “Hasta que le contestó. Para mi la engañó diciéndole que le iba a dar plata”, sumó.
Pero el detalle más estremecedor que la testigo aportó es que desde su separación, Romero aparecía cerca del supermercado y vigilaba a Verónica. “Se quedaba atrás de un árbol y la espiaba desde la vereda del frente. Todos los días la venían a buscar los padres para acompañarla. Ella no quería denunciarlo por miedo a que le pase algo al bebé”, contó.
Y agregó: “No lo podemos creer. Era una chica muy buena, simpática, trabajadora, tranquila, Siempre dedicada a su hijo y su familia. A pesar de todo lo que él le hacía, ella siempre lo trató bien y nunca le faltó el respeto”.
Los reportes policiales indican que tanto la víctima como su victimario no habían realizado denuncias cruzadas antes del femicidio. Se investiga si el hombre contaba con antecedentes de algún tipo en Argentina.
La familia de Verónica es conocida y querida en la zona. Su papá es mecánico y es quien, junto a su esposa y el dueño de la estancia, la encontró muerta en la vivienda del casero. Su mamá fue transportista escolar.
“Verónica era amiga de mi hijo, iban al mismo colegio. Era un ángel, una persona amorosa, intachable, que daba paz. Es una pérdida tan grande, nunca pensé este desenlace. Ese hombre no tendría que haberse ahorcado, tendría que haberse podrido en la cárcel. Estoy desecha”, expresó Raquel, vecina y conocida de la víctima.
Cuatro femicidios en 2025
El femicidio de Verónica Torres Zormam es el cuarto ocurrido en Córdoba en lo que va de 2025.
Este lunes, Walter del Pilar Bogado (30) discutió con Valeria Laviani (50) y la mató en una casa que alquilaban en Río Ceballos. Según el testimonio de vecinos residían en Corrientes pero se encontraban de vacaciones en Córdoba.
A principios de marzo Mónica Guardia (61), fue asesinada de un escopetazo en el cuello en la localidad de Vicuña Mackenna. Por el hecho se detuvo a su exesposo, Oscar Alberto Díaz (64).
En enero fue asesinada Silvina Lorena Curbello (42) en Monte Maíz. Su femicida fue Roberto José Basualdo (56), quien después del asesinato colisionó intencionalmente su Chevrolet Sonic contra un árbol en la ruta provincial 11. Falleció horas después en el hospital.
