Los argentinos son reconocidos por su sociabilidad y calidez. Los cordobeses por su lado, aún más. Más emoción y más pasión. Pero, ¿qué tan bien se llevan los cordobeses con el silencio?
Un estudio reciente de la plataforma de aprendizaje, Preply, reveló un aspecto curioso sobre la tolerancia al silencio: si bien Argentina se encuentra entre los países a nivel mundial que menos soportan ese tipo de pausas conocidas popularmente como “incómodas”, los cordobeses parecen ser más pacientes cuando se enfrentan a una situación de este tipo.
El estudio, que analizó cuánto tiempo tarda el silencio en volverse incómodo en diferentes partes del mundo, mostró datos reveladores sobre cómo los argentinos enfrentan esos momentos de quietud.
En diálogo con La Voz, Yolanda Del Peso, vocera de la empresa y especialista en idiomas contó que esta encuesta se realizó 26.719 personas en 21 países diferentes.
Ascensores, primeras citas y funerales fueron algunos de los contextos más mencionados.
El silencio y la cultura argentina: ¿enemigos íntimos?
En Argentina, la tolerancia al silencio es bastante baja.
Los argentinos son más reconocidos por la calidez que transmiten y por poseer un espíritu muy sociable. “No es extraño entonces ver a Argentina entre los primeros puestos de los países que no toleran los silencios incómodos, quizás porque lo observan como un sentimiento de antipatía al iniciar una conversación”, comenzó Del Peso.

De acuerdo con los datos obtenidos por plataforma de aprendizaje, los argentinos comienzan a sentir incomodidad con un silencio después de solo 6,5 segundos, por debajo del promedio global de 6,8 segundos. Además, el 75% de los argentinos considera los silencios prolongados como desagradables.
Esto se debe, en parte, a la naturaleza sociable del argentino, quien tiende a llenar el vacío con palabras para evitar la incomodidad que genera el silencio.
Al momento de identificar con quiénes los argentinos se sienten más incómodos ante un silencio, los resultados fueron claros: un 56% de los encuestados dijo sentirse especialmente incómodo con desconocidos.
En cuanto al entorno laboral, los silencios con jefes o superiores son una fuente significativa de incomodidad para el 39% de los argentinos.
Este malestar se presenta con mayor frecuencia en las mujeres (44%) que en los hombres (35%), lo que sugiere una diferencia de género importante.

Por otro lado, los silencios con suegros y familiares lejanos ocupan el tercer lugar, con un 27%. Pero eso disminuye o un ámbito más íntimo.
Los vacíos conversacionales con parejas, generan menos incomodidad, solo el 17%. Pero sólo el 12% de las mujeres se sienten incómodas con su pareja en silencio, mientras que un 21% de los hombres confiesa que este tipo de silencio les genera molestia.
Las ciudades argentinas toleran menos los silencios
Aunque los argentinos en general son sensibles al silencio, no todas las ciudades del país reaccionan igual ante las pausas incómodas.
Según el ranking de los analistas, Córdoba capital ocupa el noveno puesto entre las ciudades más intolerantes al silencio en Argentina, con un promedio de 6,43 segundos antes que los cordobeses empiecen a sentirse incómodos con el silencio.
Así como cada país, cada ciudad tiene su propia cultura. “En el caso de los cordobeses puede ocurrir que el silencio se interprete como una muestra de reflexión o respeto y no como una pausa incómoda”, expresó.
Si bien este tiempo sigue siendo bajo, Córdoba se encuentra bastante por detrás de otras ciudades como Neuquén o Corrientes, donde la incomodidad comienza a los 6 segundos o menos.
El ranking de intolerancia al silencio en Argentina son:
- Confluencia (Neuquén) – 5,46 segundos
- Corrientes Capital (Corrientes) – 5,97 segundos
- La Plata (Buenos Aires) – 6,04 segundos
- Formosa Capital (Formosa) – 6,28 segundos
- Posadas (Misiones) – 6,28 segundos
- Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) – 6,31 segundos
- San Miguel de Tucumán (Tucumán) – 6,31 segundos
- Gran Buenos Aires (GBA) – 6,32 segundos
- Córdoba Capital (Córdoba) – 6,43 segundos
- Rosario (Santa Fe) – 6,51 segundos
Por otro lado, las provincias que menos sienten molestias con los silencios son Chaco, Mendoza y Entre Ríos. En la capital de Entre Ríos, Paraná, los entrerrianos pueden estar hasta 7,36 segundos sin sentirse incómodos por el silencio, lo que los coloca entre los más relajados en cuanto a la tolerancia al silencio.
Las situaciones que más incomodan a los argentinos
Las primeras citas son, con diferencia, la situación que más temen los argentinos, con un 41% de los encuestados admitiendo que el silencio en este tipo de encuentros es un temor constante.
Se vio con claridad que la Generación Z (16 y 24 años) es la que más se preocupa por este tipo de silencios, con casi el 45% de ellos admitiendo que les resulta muy incómodo, mientras que sólo el 28% de los Baby Boomers (mayores de 55 años) comparten esta sensación.
Otras situaciones que generan temor por el silencio son:
- Conversaciones casuales con desconocidos: 28%
- Hablar sobre temas importantes con la pareja: 28%
- Enfrentar conflictos: 28%
- Funerales: 28%
- Silencio en ascensores: 25%
- Silencio al terminar una relación: 24%
- Hablar en público: 22%
- Reuniones de trabajo: 17%
- Reuniones familiares: 17%
- Discusión grupal: 12%
- Comunicación online en el trabajo: 11%
De manera curiosa, las discusiones grupales y las reuniones familiares son las situaciones que menos incomodan, con sólo un 50% y 48%, respectivamente, mencionando los silencios incómodos en estos contextos.
Los argentinos vs los silencios
En muchas culturas, los silencios son percibidos de manera diferente.
En las asiáticas, como la japonesa o tailandesa, el silencio es visto como una señal de respeto, reflexión o atención.
En las culturas occidentales, incluido el contexto argentino, se considera una pausa incómoda. La falta de tolerancia al silencio se debe a la cultura vibrante y expresiva del país. Las personas tienden a evitar los momentos de vacío con una conversación animada.
Este fenómeno se debe, en parte, a la tendencia de los argentinos a llenar cualquier vacío con palabras para evitar que el silencio sea interpretado como falta de interés o incomodidad.
¿Qué decir? ¿Se saluda? En los espacios cerrados, como los ascensores, un 76% de los argentinos admitió que los silencios se perciben como frecuentes o incómodos, lo que aumenta la ansiedad colectiva.
El estudio sobre la tolerancia al silencio revela que, si bien los argentinos son particularmente sensibles a las pausas prolongadas, los cordobeses parecen tener una mayor tolerancia que el resto del país. Increíble. ¿No?
A pesar de que el silencio es una experiencia humana universal, la manera en que lo percibimos y la incomodidad que nos genera dependen profundamente de las normas culturales, contextuales y personales.