Thiago Alcaraz tiene 9 años y desde 2021 la vida lo puso a prueba con una leucemia mieloblástica aguda, un tipo de cáncer muy poco frecuente en los niños. Se da cuando las células mieloides interfieren en la producción normal de glóbulos rojos, blancos y plaquetas y se requiere tratamiento de quimioterapia y trasplante de células madre.
Desde entonces el pequeño viene tratando de ponerle el cuerpo a las numerosas internaciones, pinchazos y tratamientos muy agresivos que lo han dejado devastado y en tratamiento psicológico.
Su mamá, Soledad Corletto, lo define como “libre, dulce y luchador”. La mujer confesó, en diálogo con Los Andes, que la familia transita un difícil momento: ella tuvo que dejar de trabajar y su esposo, que se desempeña en la construcción, también está momentáneamente desempleado.
Actualmente la familia se encuentra en Córdoba, en un hospedaje, a la espera del trasplante, que será el 8 de agosto en el Hospital Universitario.
“Thiago es un niño que tiene muchas ganas de vivir, pero está cansado de tantos hospitales y tratamientos invasivos”, explicó la mujer. Confesó que la familia necesita ayuda.
Oriundos de Godoy Cruz, Soledad y Eber tienen, además, otros tres hijos, Agostina, Tiziano y Sofía, que se quedaron en Mendoza al cuidado de familiares.
Un ojo inflamado fue la primera alerta, en enero de 2021. Fue entonces cuando hicieron una primera consulta médica en la que solamente le indicaron antibióticos. Más tarde, acudieron al Hospital Humberto Notti, donde en un principio los resultados fueron confusos hasta que los médicos decidieron internarlo para continuar indagando en el diagnóstico.
Si bien hubo un período en el que el niño superó el trance y sólo debían concurrir a los controles correspondientes, la enfermedad regresó nuevamente en enero de este año y el tratamiento para luchar contra la enfermedad resultó mucho más agresivo que el anterior.
Así las cosas, la vida de Thiago no ha sido normal desde los últimos tiempos ya que iniciaba primer grado en la escuela 1-016 “Petrona Guiñazú de Burgoa” cuando comenzó la pandemia. Segundo lo cumplió de manera intermitente debido a sus internaciones y en 2022, cuando debería concurrir a tercero, lo sorprendió nuevamente el diagnóstico.
Pocos días atrás les dieron la noticia de que hay un donante. “Estamos muy esperanzados. Llegamos a Córdoba y nos queda un largo trecho. La fecha del trasplante es el 8 de agosto y luego deberemos permanecer acá aproximadamente tres meses”, dijo Soledad.
Recién cuando el menor esté internado (ya que actualmente es paciente ambulatorio) pasará a ser recibido en un alojamiento hospitalario que cobija a familiares de niños en tratamiento. Hoy la familia tiene numerosos gastos que afrontar y carece de posibilidades.
“Cuidaba a una abuela mientras la vida era relativamente normal para nosotros. Pero frente a tantas internaciones tuve que dejar ese trabajo. Mi esposo está en un impasse en la construcción”, comentó.
Días atrás, Thiago, que es fanático de la pelota y la vida al aire libre, ganó una bicicleta en la maratón “Otoño por la vida”, mientras estaba internado en el Notti. “Fue gracias a un video que él mismo creó y está feliz con su premio, aunque fue muy poco lo que pudo disfrutarlo”, agregó Soledad.
La última recaída resultó difícil en la vida de este guerrero mendocino que está aferrado al sueño de volver a la escuela, salir a andar en bicicleta y llevar una rutina como la de cualquier niño.
“Agotado de los tratamientos agresivos, pero con muchas ganas de seguir luchando. Hoy se encuentra en tratamiento psicológico y psiquiátrico, todo esto es realmente muy difícil para él y para todos nosotros”, reflexionó su madre.
Cómo ayudar
Quienes deseen colaborar de alguna manera con esta familia, Soledad dejó su contacto: 2614 69-9232.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con autorización correspondiente.
