Esperas más de una hora, ómnibus que pasan llenos o que se rompen a mitad de camino. Palabras más, palabras menos, es la síntesis que describe lo que viven miles de usuarios del transporte urbano de Córdoba. Sobre todo en las líneas que estaban bajo control de Ersa: los corredores 2, 4, 5 y 7.
En las redes sociales de La Voz, los usuarios coinciden en las quejas sobre el servicio que hoy presta la empresa municipal Tamse.
“Línea 28, un desastre. Hasta dos horas de espera. Los chicos salen del colegio y no tienen cómo ir ni volver, llegás tarde a todos lados”, posteó Alicia Jurichich, a lo que Mariela Albarez respondió: “Línea 23, igual”.
“Es humillante tener que esperar más de 40 minutos en las paradas y viajar como vacas. Somos personas dignas que pagamos por un servicio que resulta ser caro, no por el costo en sí, sino por su mala prestación”, se quejó Helida Tomadin. Gabriela Castro escribió: “La línea 40, con demora de más de 45 minutos, un desastre”.
Si se recorren las paradas, el enojo también se convierte en reclamo. Lautaro todos los días toma un ómnibus del corredor 2 y otro del corredor 7 para ir a trabajar. “La 73 es la peor línea, tiene la misma regularidad y nivel de servicio que el 25: siempre van llenísimos y no se respeta nunca el diagrama de horarios”, comentó.
Victoria, por su parte, relató: “Hay esperas de hasta dos horas tanto como para ir como para volver. Y viajás colgada de la puerta. Hace días que vienen modificando los horarios habituales, el 25 que suele pasar a las 9.10 por Castro Barros, pasó un rato después, y la aplicación Tu Bondi arrojaba que el próximo llegaba en 50 minutos”.
“En mi caso, tomo el 21 en Monseñor Pablo Cabrera al 1900. El lunes esperé una hora el colectivo, desde las 9.45 hasta casi las 11. Iba chequeando en la aplicación pero no aparecía ninguno en todo el recorrido. Hoy esperé una hora y 45 minutos”, agregó Andrea.
Qué está pasando
Choferes de una de las conducciones de UTA están planteando una posible medida de fuerza. Adrián Lentini, el vocero de la lista Azul, explicó a La Voz que están en reunión para definir qué hacen, ante los reclamos que reciben por parte de los usuarios por la falta de unidades.
Lentini aseguró que pese al traspaso, las líneas con problemas “siguen manejadas por gente de Ersa” y que el personal de Tamse aún no pudo tomar la gestión de los talleres.
Desde la empresa municipal reconocieron que hay problemas en la reparación y mantenimiento de las unidades, que se encuentran en “un estado peor del que esperábamos”.
Y reiteraron la promesa de mejoras en los próximos días.
Sobre la situación crítica de la flota coincidieron desde la conducción de UTA que es reconocida por las autoridades nacionales del sindicato. “Llegaron repuestos, pero no alcanzan. Hoy -por este jueves- hubo apenas 179 coches en la mañana, de los cuales se cortaron 20″, explicó un delegado que responde a Carla Esteban y Pablo Farías.
Para que el servicio tenga una calidad mínima, las propias autoridades reconocen que debe haber al menos 250 ómnibus circulando.
Eso implica que más allá de la interna en UTA, la falta de unidades es evidente y los problemas existen.
Desde la comisión directiva del gremio apuntaron sus cañones contra la lista Azul, y pusieron en duda su capacidad para paralizar líneas. “Los compañeros saben que si paran, le descuentan las horas, y nadie quiere perder un mango”, dijeron de manera extraoficial.
Pero reconocen lo crítico de las líneas de la ex Ersa. “No sólo los repuestos que compraron no son suficientes, sino tampoco compran insumos de limpieza como lavandina y escobillones”, explicó una alta fuente sindical.
A principios de mes, el presidente de Tamse, Eduardo Ramírez, había informado sobre la llegada de un lote importante de repuestos que permitirían comenzar a “levantar” unidades. Había dicho que durante la Semana Santa se trabajaría a pleno para poner en condiciones los ómnibus.
También se afirmó que se sumarían al trabajo los talleres de la empresa municipal y de Coniferal, la única prestataria privada que queda en el sistema.
Pero los trabajadores aseguran que hoy sólo se trabaja en los talleres de la ex Ersa y los reclamos por la falta de unidades siguen.
¿Hubo una subestimación del estado de los coches de Ersa? Todo indica que sí.
El exsecretario de Movilidad, Gabriel Bermúdez, era uno de los que ponían reparos al estado de la flota. Por ese entonces, los directivos de Ersa le querían vender a la Municipalidad 350 ómnibus, pero el exfuncionario se oponía por el mal estado que tenían.
Finalmente, se optó por el alquiler. Pero desde adentro de la empresa cuentan que Tamse no tiene la capacidad para comprar todos los insumos que necesitan los ómnibus como para prestar un servicio aceptable. Básicamente, porque los procesos burocráticos que debe respetar la firma no son compatibles con la urgencia con la que se necesitan los repuestos.
Acerca del futuro, el propio intendente Daniel Passerini aseguró que la semana próxima habrá novedades. Se habla del anuncio de la compra de unidades cero kilómetros. Cuando sucedió lo de Ersa, se dijo que iban a ser 300 coches nuevos. Este jueves se habla de un numero sensiblemente inferior.
