En el último mes, tres niños fueron atacados por perros potencialmente peligrosos en Córdoba. Los hechos sucedieron en la ciudad capital y en otras ciudades de la provincia, con las víctimas recibiendo heridas de consideración.
El último caso se dio el sábado pasado en la localidad de El Brete, en el departamento Cruz del Eje, cuando un perro de raza pitbull atacó a un bebé de apenas un año dentro de una vivienda. El niño sufrió traumatismo de cráneo, facial y cervical. Por la gravedad de las heridas tuvo que ser derivado al Hospital de Niños de Córdoba, donde fue operado y permanece internado.
Otro de los casos sucedió el 1° de diciembre cuando otro animal de raza pitbull atacó a un niño de 9 años y le provocó graves heridas en el cráneo. El chico fue agredido por el animal mientras jugaba al fútbol en barrio Los Boulevares, en la zona norte de la ciudad de Córdoba. El pequeño se encuentra internado en el Hospital Infantil con heridas en el cráneo, por lo cual debió ser operado.
El dueño del animal también tiene otros dos perros mestizos y fue él quién les abrió la puerta de su casa y los dejó salir sin supervisión. Los perros fueron retirados por el municipio por existir antecedentes de ataques violentos.
El dueño de los perros está imputado del delito de lesiones culposas y la madre del niño, Carolina Gigena, será querellante en la causa con representación del abogado Carlos Nayi, quien confirmó que aspira a que se agrave la imputación con la figura de dolo eventual.
“Este es un tema cultural. No hay respeto por la ley, se antepone la tenencia de un perro a la vida de las personas”, indicó.
El tercer caso sucedió en Villa Carlos Paz, el 7 noviembre pasado, cuando un dogo atacó y mordió en la pierna a una niña de 9 años mientras caminaba con su familia por la calle. El animal tenía denuncias de vecinos por su peligrosidad.
Estos y otros ataques de perros potencialmente peligrosos (PPP) alertan sobre las conductas de los animales y la falta de responsabilidad de sus tenedores. ¿Se cumplen efectivamente las normas? ¿Están bien reglamentadas? ¿Se registra debidamente a los animales más agresivos?
Si bien en los últimos años se han dictado normativas más exigentes en algunas ciudades, como por ejemplo en Córdoba capital, los ataques no cesan y varios especialistas piden hacer foco en el cumplimiento de la legislación vigente en la materia, incluyendo la educación y el cuidado de los animales.
Medidas que no alcanzan
La muerte de Trinidad Ballesteros a manos de dos dogos en barrio Estación Flores de la ciudad de Córdoba, el 9 julio de 2023, es uno de los más graves antecedentes en la provincia sobre un ataque de perros potencialmente peligrosos.
La posible condena al dueño de los animales, José Luis Nieto, quien está imputado de homicidio simple con dolo eventual (con una pena prevista de 8 a 25 años), sentaría un antecedente en la Justicia provincial. El acusado espera el juicio en libertad,
La muerte de Trinidad derivó en un debate social amplio sobre la tenencia responsable de estos animales y culminó con el endurecimiento de la ordenanza 13.321, y sus modificatorias, que rige desde 2023, a través de la cual se creó el Registro Municipal de Perros Potencialmente Peligrosos por medio de la aplicación “Huella Animal”.
También están en vigencia la ordenanza 9.575 de animales domésticos; la 11.006 de animales de compañía; y la 12.468 del Código de Convivencia de la ciudad de Córdoba.
La ordenanza 13.321 contempla la entrega de licencias a los propietarios de estos animales, la obligación de realizar capacitaciones sobre tenencia responsable, y la exigencia de contar con un seguro contra terceros: No obstante ello, en muchos casos estos requisitos no se cumplen.
En Villa Carlos Paz también existe desde 2018 la ordenanza 6.369 sobre perros peligrosos, que estipula multas de entre $ 1.000 y $ 15.000.
Falta de responsabilidad
La médica veterinaria Natalia Elstner, presidenta del Colegio Médico Veterinario de la Provincia de Córdoba, dijo a La Voz que no hay responsabilidad entre los tenedores de perros. “Responsable significa darle al animal atención veterinaria, alimento, recreos y paseos“, expresó.
Y adelantó que presentarán un proyecto de “bienestar animal” en la Legislatura de Córdoba para hacer hincapié en la responsabilidad de los propietarios de los perros.
“Las personas violentas no pueden tener un dogo o un pitbull. Y los criaderos también tienen responsabilidades que cumplir. Porque con tal de vender, no les interesa a quién les venden los perros o cómo son esas familias”, indicó.
Y añadió que los dueños de perros potencialmente peligrosos que no lleven a sus animales con bozales durante los paseos deberían ser multados.
Conductas, aprendizaje y responsabilidad
El médico veterinario Omar Robotti, especialista en Etología Clínica, explicó que cualquier animal de cualquier raza o mezcla puede ser agresivo y potencialmente peligroso.
“Y eso que no hablamos de los tutores que también son ‘potencialmente peligrosos’: aquellos que no educan correctamente, los permisivos, los que justifican, los que estimulan la agresión, los juegos violentos y que justifican la violencia”, afirmó.
El veterinario manifestó que una tenencia responsable se basa en los límites que se le imponen a los animales. “No se trata de pegarles ni maltratarlos, sino corregir algunas conductas que parecen inofensivas, como por ejemplo mordisquear, saltar, invadir, morder”.
Por eso –dijo–, es primordial educar al animal y entender que no es un humano.
En esa línea, Elstner sostuvo que no todos los perros son aptos para cualquier persona. “Se debe aprender a criarlos y saber que pueden transformarse en un arma”, comparó. Además, dijo que el animal actúa por instinto: si no hay aprendizaje y socialización mientras es cachorro después es más difícil educarlo. “Las personas no saben cómo ponerles límites, los humanizan. Son seres sintientes, pero no corresponde tratarlos como hijos”, afirmó.
Para Robotti, lo importante es construir una conducta temprana en el perro, y consultar al veterinario no solo por su sanidad sino también sobre su comportamiento.
Advertencias ante ataques
Robotti señaló que ningún perro ataca “de repente” y que es posible identificar distintos momentos por los que pasa una agresión animal.
La agresión pasa por tres etapas, explicó: la advertencia (gruñido, lomo erizado, posición de la cola, mostrar los dientes); la consumación (cuando muerde); y el apaciguamiento (deja de morder porque se sometió, murió o frenó el ataque).
“Cuando el animal gruñe seguido es conveniente hacer una consulta. Y si ya mordió a alguien, primero hay que consultar para descartar algo clínico, y tener una segunda consulta con el especialista de conducta para evaluar la peligrosidad, tratamiento conductual y un programa de reeducación”, expresó.
Sobre la posibilidad de reeducar al animal, Robotti expresó que se puede hacer un “tratamiento conductual” de acuerdo con la valoración previo. Cuando es de bajo riesgo, el proceso abarca el adiestramiento o manejo del animal en el entorno familiar, incluyendo la posibilidad de medicarlo para que baje el nivel de agresividad.
En todos los casos, el animal agresivo se puede recuperar o no, y no hay garantías reales de que no repita la agresión. Robotti indicó que de 10 casos de perros agresivos, el 90% puede recuperarse, mientras que entre el 1% y el 2% de los casos se termina recurriendo a la eutanasia.
“La eutanasia sucede cuando el perro se convierte en un riesgo demasiado alto para la familia, para otras personas y para otros animales”, subrayó. El etólogo destacó que las leyes fallan en la reglamentación. “Está bien exigir una tenencia responsable, pero eso conlleva muchas más responsabilidades”, cerró.
