En agosto del año pasado ocurrió el primer hallazgo: en la plaza Urquiza, del barrio San Vicente, apareció una bandeja con elementos de “brujería”. El armado incluía hasta una gallina degollada. Por varios días, fue un tema de conversación obligado para los vecinos de la zona este de la ciudad de Córdoba.
El director del CPC de San Vicente, Santiago Gómez, había explicado en aquella oportunidad que los vecinos hablaban de un “rito”. Según le hicieron saber, la cabeza de gallina tenía por objetivo “unir a una pareja”. Y la aparición había sido adjudicada a un “brujo Umbanda” que vive en la zona, pero del que los vecinos habían reservado el nombre.
Pasaron unos meses y otra vez en una plaza del sector se observó este tipo de rituales. Este jueves, la aparición tuvo lugar en la plaza de Los Burros, ubicada en el límite entre Barrio San Vicente y Müller.
Al pie de un mástil central, en la mañana los vecinos del sector alertaron sobre “una ofrenda en un papel rosa”. La instalación incluía papas, pochoclo y monedas. La principal diferencia del hallazgo anterior reside en que no había ningún animal muerto.
Pero esta vez, había tres velas rojas y dos botellas de alcohol, una de vodka y una de vino tinto.
Otro dato que llamó la atención a los sanvicentinos fue que en la bandeja anterior se encontraron papelitos con nombres de un hombre y una mujer. Esta vez, delante de la ofrenda y sobre el piso estaba escrito lo que se supuso sería un nombre propio.
Los vecinos pusieron en aviso Gómez, quien se hizo presente en el lugar y programó la limpieza del lugar.
“Estamos trabajando en la recuperación de este espacio verde y hoy cuando vinimos a colocar nuevos juegos, que forman parte del Presupuesto Participativo que lleva adelante la Secretaría de Participación de la Municipalidad, los vecinos se acercaron y nos avisaron de la presencia de este rito”, detalló el director del CPC.
“Estuvimos haciendo consultas sobre el significado de este ritual, no es que tenemos un Brujo de cabecera, sino que a partir de los que nos pasó el año pasado hay un vecino que tiene conocimiento sobre el tema y nos comentó que en este caso se trataría de un rito para abrir caminos de abundancia, por eso las monedas y las velas rojas” agregó.
¿Y las botellas de alcohol?
Santiago Gómez manifestó que hizo la consulta y que le explicaron una potencial razón. Le dijeron que se trata de “compartir”, simbólicamente, con el “espíritu que se convoca mientras se hace el rito”.
“Se ve que el Brujo de San Vicente debe tener permiso para circular –ironizó Gómez–, porque hasta donde uno sabe la brujería no es una actividad esencial”. Y reclamó: “por lo pronto, esperamos que deje de ensuciar los espacios públicos que tanto nos cuesta limpiar”.
