En redes sociales, los memes y videos humorísticos sobre cómo celebrar el Día de la Madre surge con frecuencia una especie de fantasía: un off del rol materno. Lejos de las licuadoras y las flores de antaño, el regalo que fantasean muchas parece ser un día lejos de las responsabilidades domésticas que la vida cotidiana impone a muchas mujeres: un día sin cuidar a los hijos, sin tener que cocinar.
Un día de spa o un simple “pase” con fecha y hora para dedicarse a lo que tenga ganas el día planteado (que puede ser ese domingo u otro día que ella elija).
El humorista Leo Camiser en su cuenta de Instagram hizo referencia a esto: “Este Día de la Madre dejala sola tres horas, totalmente sola. Si tenés un perro o un pececito te lo llevás también. ¡Ah! y si los chicos llegan a llorar o algo, no se lo contés, ¡no seas boludo!. En este Día de la Madre regalale tiempo”.
Este contenido se muestra en modo humorístico pero revela algo más profundo: el agotamiento acumulado por la doble jornada laboral, dentro y fuera de casa, y el deseo de tener un espacio personal libre de obligaciones. Pero, ¿por qué el descanso se volvió tan deseado para muchas madres en su día?
El peso invisible de la carga mental
Estudios recientes han puesto en evidencia lo que muchas mujeres ya intuían: la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado sigue recayendo mayoritariamente sobre ellas. Según un informe del Indec de 2022, en Argentina, las mujeres dedican un 64% más de tiempo que los hombres a tareas de cuidado no remunerado, como atender a los hijos o a personas mayores. A nivel global, la situación no es muy diferente. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres dedican, en promedio, el doble de horas que los hombres al trabajo de cuidado no remunerado
Esta desigual distribución genera lo que se denomina “carga mental”, un concepto popularizado por la feminista francesa Emma Clit. La carga mental es ese peso invisible de tener que planificar y organizar todo lo que implica la gestión del hogar y la familia. Es la preocupación constante por los cumpleaños de los hijos, los turnos médicos, mantener sus vínculos de amistades, las tareas de la escuela, por lo que rara vez descansa.
El deseo de “desconectar”
La filósofa feminista Silvia Federici explicó en su obra “El patriarcado del salario” que el trabajo de las mujeres en el hogar fue históricamente invisibilizado y naturalizado.
Este trabajo, no remunerado pero esencial para el funcionamiento de la economía y la sociedad, rara vez es reconocido como tal. En ese contexto, el anhelo de un día sin esas responsabilidades aparece como una reivindicación simbólica de ese esfuerzo invisibilizado y como un anhelo entendible.
Los videos en redes sociales, aunque humorísticos, revelan un cansancio acumulado. No es raro, entonces, que muchas madres sientan que el mejor regalo sería simplemente “no ser madre” por un día, o al menos, ejercer ese rol de manera más equitativa.
La trampa del amor romántico
La culpa de hablar sobre esta posibilidad también tiene que ver con una idea romantizada de la maternidad. La escritora Florencia Freijo en su libro “Solas: el peso de estar con otros”, hace referencia a sobre cómo el amor romántico fue moldeando también la manera en que entendemos la maternidad.
El mandato social del “amor incondicional” hacia los hijos hace que cualquier deseo de espacio personal, cualquier intento de buscar tiempo para una misma, se vea con culpa.
Freijo interpela ese modelo y se pregunta: ¿es posible ser buena madre sin descuidarse a una misma? ¿Por qué se nos ha hecho creer que el sacrificio es sinónimo de amor maternal?
Un cambio necesario
El humor en las redes expresa lo que muchos informes y estudios señalan: la maternidad, tal como está organizada socialmente, puede ser asfixiante. La solución no pasa por una simple “pausa” un día al año, o que sean obligadas a la fuerza a estar solas este día si así no lo desean. Pero sí urge una redistribución más equitativa de las responsabilidades.
El “día off” puede ser más que una propuesta concreta, un inicio en ese camino y en el registro sobre qué le pasa a esa persona que materna todos los días.
