Son las 9 de la mañana del sábado en Córdoba y el sol pleno castiga la nuca de cinco chicos jóvenes que parecen no haber registrado un brote de Ómicron. Todos caminan en dirección norte por la vera de una colectora de la avenida Circunvalación, en la zona del estadio Mario Alberto Kempes. Son dos chicas, con sandalias en sus manos, y otros varones con rasgos de fatiga, un poco por bailar y otro por el calor agobiante.
La noche empezó mucho antes para ellos, que no debían guardar aislamiento en esta Navidad como sí tenían que hacerlo unas 75 mil personas.
Tras el brindis navideño, salieron a celebrar. Las restricciones vigentes significaron muy poco, reconocieron. Y a pesar de las condiciones epidemiológicas que azotan a la capital provincial desde hace 15 días, fueron a la puerta de una clandestina “muy difundida por redes sociales”.
“Ya teníamos el plan resuelto: habíamos reservado las entradas y pagamos entre 500 y 1.500 pesos para entrar al lugar. Fue una locura”, comentó uno de ellos, que pidió reservar su identidad.
Para llegar hasta este sitio solicitaron coordenadas a un número que ya se encuentra “fuera de servicio”. “Había poca gente, pero todos estábamos en la misma sintonía. Lo de la pandemia es serio, pero ya llevamos más de dos años de encierro y estamos todos vacunados”, evaluó otra persona del grupo.
Otra voz aseguró que no fue la única “movida nocturna”. “Hubo ‘juntines’ en departamentos, en salones y también en casas quintas que se alquilaron para hacer fiestas”, confió.
La noche cordobesa, con gente en la calle pero sin desbordes
A las 2, La Voz recorrió las calles céntricas. El itinerario comenzó en zona este y se trasladó hacia Alta Córdoba, para luego retomar hacia el Centro de la ciudad. Horas más tarde, se visitó el barrio Cerro de las Rosas y todo la margen norte de la ciudad, donde se observó un mayor movimiento.
En los barrios que separan Altamira de Alta Córdoba, el calor empujaba a los frentistas a escabullirse de sus casas y a respirar ese poco de aire fresco que sobrevino después del brindis navideño.
En los porches de las viviendas se multiplicaban las mesas y las sillas, con copas que todavía sonaban al chocar. En otros sectores, más próximos a barrio Müller y a avenida Costanera, los niños todavía jugaban con sus juguetes, o encendían petardos y pirotecnia.
En algunos tramos se podía percibir música festiva. Algunos grupos de personas se juntaban a bailar, pero no se percibió ninguna aglomeración.
Tampoco había presencia de barbijos, como era de esperarse en los entornos familiares, donde se forman desde hace tiempo “burbujas sanitarias”. Alta Córdoba, en cambio, lucía en silencio y con sus luces más bajas que de costumbre. El tráfico era liviano y la zona parecía adormecida a las 2.30 de la mañana.
En el Centro de la ciudad, la postal era similar: poca gente en la calle, algunos controles policiales dispersos, pero fijos. Todos apostados en los lugares de costumbre.
A las 3 continuaba un corte de energía eléctrica en la zona del Buen Pastor. Todo ese pulmón que suele estar habitado por las juventudes parecía deshabitado e inhóspito. La calma también reinaba en estas latitudes.
Hacia el barrio Cerro de las Rosas, algunos jóvenes entraban y salían de domicilios aislados. La música se percibía en lugares bien determinados y había mayor circulación de peatones en las avenidas principales del barrio.
En el Parque de las Naciones sonaba un concierto de “escapes libres” de motocicletas. Un grupo nutrido —y ruidoso— convocó la presencia de la Policía cerca de las 6 de la mañana. La llegada de los patrulleros generó una dispersión y un nuevo agrupamiento, esta vez debajo del primer edificio de Casonas del Parque.
Un grupo que permanecía en el parque como esperando algún acontecimiento confirmó que acababan de abandonar una fiesta en ese sector. “Estamos viendo cómo sigue la Navidad”, dijo uno.
En Río Cuarto, desarticularon fiestas clandestinas
En el sur provincial, la Policía procedió a la desarticulación de “fiestas no autorizadas”. Más precisamente en la ciudad de Río Cuarto, los agentes detectaron la “aglomeración de un importante número de personas” en al menos cuatro celebraciones.
“Las intervenciones se desarrollaron en barrio Country San Esteban, pasaje Antonio Saenz, barrio Juan Martín de Pueyrredón y en la plazoleta del barrio San Martín, Banda Norte”, detallaron fuentes de la Policía.
Además, informaron que se decomisaron artefactos pirotécnicos en procedimientos que encabezaron Defensa Civil y la Secretaría de Ambiente Municipal. “Se controlaron 16 comercios, de lo que resultaron un decomiso de 1.611 artificios pirotécnicos y el labrado de las actas correspondientes”, explicaron.
Saldán permitió eventos masivos
La experiencia en la localidad del centro de la provincia de Córdoba fue presentada como óptima por las autoridades locales. Días atrás, el intendente Cayetano Canto había adelantado a la prensa que no iba a prohibir eventos masivos –al contrario de lo que ocurrió en la capital– para evitar la realización de fiestas clandestinas.
“La fiesta principal se realizó sin inconvenientes. Todo estuvo muy tranquilo”, expresaron desde la ciudad. Se trató de un evento que tuvo capacidad habilitada para seis mil personas y es conocido como “The New Christmas” (la nueva Navidad).
