Este lunes la plaza cambia de nombre. Se llama ahora “Capitán de Corbeta Víctor Andrés Maroli” ese espacio ubicado en Córdoba y David Carreras, de barrio Lomas de San Martín de la Capital cordobesa.
Se trata de un homenaje al único tripulante cordobés del ARA San Juan, el submarino tipo TR-1700 de fabricación alemana que sirvió en la Armada Argentina hasta su desaparición hace tres años.
El 15 de noviembre de 2017, el acorazado perdió contacto con los radares en el Mar Argentino cuando se trasladaba desde la cotsa sureña de Ushuaia hasta Mar del Plata, a la altura de Comodoro Rivadavia, en la zona del golfo San Jorge. Lo hacía con 44 personas a bordo, 43 hombres y una mujer.
En principio, el hundimiento se habría producido debido a una implosión.
Los restos de buque sumergible se hallaron un año más tarde, el 17 de noviembre de 2018, en un punto del Atlántico Sur a 907 metros del lecho marino, a 41 kilómetros del lugar señalada como evento hidroacústico y a 600 kilómetros de Comodoro Rivadavia, en la plataforma de la Patagonia argentina.
A tres años de la tragedia, la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia se apresta a dictar una resolución en la causa que investiga el desastre y las probables responsabilidades políticas del gobierno nacional de entonces.
Los querellantes solicitaron que se cite a indagatoria al expresidente Mauricio Macri, al exministro de Defensa, Oscar Aguad, y al ex jefe de la Armada, Marcelo Srur.
El futuro cegado
Víctor Maroli había nacido en 1980 en Villa María. En esa ciudad del departamento San Martín, a 150 kilómetros al sudeste de la Capital provincial, vivió hasta los 13 años.
En el inicio de su adolescencia se mudó con su familia a Córdoba. Aquí continuó sus estudios secundarios y luego ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC.
Abandonó la carrera para realizar su vocación militar. Se formó en la licenciatura de Recursos Humanos para la Defensa.
Estaba casado con Laura Albanese y era padre de dos hijos.
En marzo de este año, el Gobierno Nacional efectivizó el ascenso post mortem de los 44 submarinistas del ARA San Juan, ascendiendo al cordobés al grado militar de Capitán de Corbeta.
