Al explicar cuáles fueron los razonamientos por los que transitaron los integrantes del jurado popular y los jueces técnicos para arribar a la sentencia condenatoria de Néstor Aguilar Soto (22), el vocal de la Cámara 11ª del Crimen Horacio Carranza utilizó el término “sutil”. Se refirió así al modo en que el victimario había conseguido posicionarse sobre Catalina Gutiérrez (21), creando un contexto de violencia de género.
Quedó claro que Néstor venía perdiendo esa dominación sobre ella y que la celaba, que venía pasando un mal momento desde que sintió que el novio de ella se la había arrebatado. Ella no le dedicaba el tiempo que él creía que merecía, y por eso transitaba una profunda crisis. Los tiempos se fueron acelerando y todo se precipitó.
La prueba mostró varios ejemplos de enojos, desplantes y actitudes desubicadas de su parte. Pero él siempre conseguía ubicarse en esa relación de “superior-inferior” y hacía sentir menos a Catalina. “¿Por qué me hacés sentir menos?” fue la expresión de la víctima que se rescató en el debate.
Psiquiatras y psicólogos forenses marcaron a Soto como un individuo narcisista, sin empatía, y surgió que se sentía con derechos por ser “mejor amigo”. Sentía enamoramiento o algo muy parecido (hay muchos indicios en ese sentido), pero la aparición de un novio lo desequilibró.
El fiscal Marcelo Sicardi expresó que Aguilar Soto tejía una telaraña de la que sus víctimas tenían dificultades de escapar. Catalina no lo consiguió.
“Él sabía elegir a sus víctimas y la eligió bien, porque conseguía chicas como Catalina, quien a través de este manejo sutil se mostró angustiada, con dolor”, se escuchó en el final del juicio. A partir de ese dolor, esa culpa, ese sentirse mal, Catalina no podía salir del sutil círculo de la violencia en el que su amigo la había atrapado.

Era controlador y pretendía ser prioridad de las mujeres. Con los varones, no era así. “‘Controlo a la mujer; con el varón, soy normal’, (esto) marca también un indicio de violencia de género”, comentó el camarista Carranza al cerrar el juicio.
Él mismo graficó que “el día del hecho” se consumó claramente el contexto de violencia de género que “comenzó siendo sutilmente psicológica, para pasar luego a la violencia física”, esto último con los golpes y el homicidio.
De este modo, a través de su presidente, el tribunal técnico y el jurado popular explicaron los porqués de uno de los dos agravantes de este homicidio. Por qué fue femicidio: porque se configuró el típico ciclo de violencia de género, del cual Catalina Gutiérrez no logró salir.