El sol empieza a entibiar la mañana en barrio General Bustos, en el norte de la ciudad de Córdoba. Como en los últimos siete años, Amalia “Yaya” Alessandrelli (81) y Valdo Conci (88), una pareja de jubilados, se disponen a izar una bandera argentina en la plazoleta “Dr. Servando Martínez”, ubicada a metros de su casa.
Más noticias de Héroes y Heroínas Cotidianos
La iniciativa surgió en julio de 2015, luego de que el exintendente Ramón Javier Mestre, dejara inaugurado una extensión de 2.300 metros de cloacas en la zona. En aquella oportunidad, el municipio dejó una pequeña bandera en el mástil del espacio verde. Esa misma noche, Valdo la arrió y guardó en su hogar para, al día siguiente, volver a izarla.
“Fue una cosa que no se pensó ni estudió. Me surgió de forma espontánea”, contó el hombre a La Voz, y agregó: “Con el paso del tiempo, dialogamos con la familia y decidimos darle continuidad. El 23 de julio se cumplen 7 años de esta ceremonia cotidiana”.
Para que la plazoleta se luzca, la pareja decidió confeccionar una bandera más grande. La encargada de coserla fue la propia Amalia. “Compramos telas y ella la cosió”, detalló Valdo, y añadió: “Hasta le hicimos estampar el sol. Aún la conservo”.
Cada seis meses, el matrimonio renueva la insignia patria. Ahora, por intermedio de uno de sus hijos, las compran en una fábrica de Buenos Aires. “Son de cinco metros de largo por tres de ancho. Se luce en este mástil. Flamea en lo alto. Es muy hermosa”, describió con emoción el jubilado.
El matrimonio sostiene que en los tiempos que corren se ha perdido el sentimiento hacia los símbolos patrios. En ese marco, y con la intervención que llevan adelante todos los días intentan revalorizar los colores nacionales y la impronta que tienen en Argentina.
“Lo hacemos con mucho amor. Tanto a ella como a mí el izar la bandera nos trae recuerdos de nuestra infancia”, describió Valdo.
Por una cuestión de seguridad, la salida y puesta del sol marcan el horario de izamiento y descanso de la insignia nacional. En invierno, oscila entre las 8.30 y las 9 de la mañana. En tanto, en verano, los transeúntes de Córdoba la pueden ver flamear desde más temprano.
Un espacio de encuentro
Antes de la llegada de la pandemia de Covid-19, la plazoleta solía ser un punto de encuentro para los alumnos de los jardines y las escuelas primarias de la zona, que se acercaban para conocer más sobre la tarea cotidiana de Amalia y Valdo. “En una oportunidad recibimos a 100 alumnos en casa. Le dimos banderitas y Amalia les hizo un chocolate”, rememoró el hombre.
“La pandemia nos cortó todo eso. Por una cuestión sanitaria, hasta ahora no hemos podido volver a hacer esas reuniones”, explicó.
Consultado sobre cómo ven los vecinos la tarea que llevan adelante de manera ininterrumpida, el matrimonio dijo que acompañan la iniciativa. En ocasiones especiales, hasta convocan a tenores para darle más emotividad a la ceremonia en la plazoleta barrial.
Una historia de amor en las calles de General Bustos
Valdo nació en Colonia Tirolesa y Amalia en Río de los Sauces. De chicos, vinieron a vivir a Córdoba capital y se instalaron en General Bustos. Si bien tienen una diferencia de seis años, sus caminos se cruzaron en las calles de ese barrio.
“Yo vine con seis años para hacer la escuela primaria”, contó Amalia a La Voz, y agregó: “A los 14 años conocí a Valdo. Mi familia tenía comercio y la de él también. Nos casamos cuando yo tenía 20 y él 28. Hace 61 años atrás”.
A lo largo de su vida, el matrimonio vivió en otras provincias por cuestiones laborales. Santa Cruz, Río Negro y Neuquén fueron algunos de los destinos. Finalmente, en 1986, regresaron a Córdoba capital y a su amado General Bustos, donde Valdo se jubiló.
Además de izar y arriar la bandera, el jubilado cumple el rol de “placero”. “Trato de que siempre esté limpia. La concibo como parte del jardín de mi casa. Si ese espacio está sucio, siento que mi casa está igual. Por suerte he logrado que todos los vecinos me ayuden a cuidarla”, concluyó orgulloso el hombre.
Cómo ayudarnos a buscar héroes y heroínas cotidianos
Desde La Voz nos hemos propuesto reflejar historias cordobesas simples, de almas generosas que con pequeños gestos diarios marcan la diferencia.
Todas las semanas encontrarás una nota que puede ser la de tu familia, un amigo, un vecino, alguien de tu escuela, de tu barrio. Si creés que con lo que hace es tu “héroe o heroína cotidiano” podés contarnos y contactarnos por mensaje privado en nuestras redes en Facebook, Instagram o Twitter.
O si querés mandarnos un texto a través de un mail, podés hacerlo a edidigital@lavozdelinterior.com.ar
