La Cámara del Crimen de Villa María resolvió, por mayoría y en un juicio con participación de jurados populares, absolver a Ignacio Aldeco (49) por la acusación de femicidio contra Liliana Stefanatto (54), quien murió el 1º de febrero de 2021 en un departamento que la mujer alquilaba en la zona céntrica de Villa María, aparentemente por impacto de un golpe.
El acusado había llegado al estrado con las imputaciones de homicidio doblemente calificado, por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio), además de amenazas reiteradas, desobediencia a la autoridad y lesiones leves calificadas.
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Finalmente, fue exculpado del cargo más grave, y recibió una condena a nueve años de prisión por el resto de los delitos.
El juicio comenzó el lunes pasado, y este martes llegó a su resolución luego de largos alegatos de ambas partes. El debate reveló detalles sobre la vida que llevaba la víctima en manos de su agresor. El fiscal Francisco Márquez sostuvo que la violencia de género estaba presente en la relación de la pareja desde siempre.
El fiscal relató varios hechos de violencia de los que Liliana Stefanatto fue víctima en diferentes formas y circunstancias. Las amenazas a la víctima y su entorno eran algo casi habitual, cómo también los golpes e insultos, según coincidieron distintos testimonios..
Todo esto estaba asociado casi siempre a la demanda de dinero por parte del acusado hacia la víctima.
El fiscal señaló que estos eran indicios contundentes para acusar a Aldeco por el homicidio, y que los reiterados golpes, gritos e insultos que sufría la mujer eran solo una muestra de la violencia a la que Liliana estaba sometida.
El fiscal admitió una falta de pruebas más directas sobre el crimen y su autor, pero hizo foco en el contexto de violencia de género permanente en el que estaba envuelta Liliana Stefanatto, una mujer con “vulnerabilidad”, como la definió, lo que llevaba a señalar a Aldeco como el único responsable de su muerte.
El hermano de la víctima había declarado previamente que le insistían para que terminara con esa relación, pero para la mujer no fue posible cortar el vínculo.
Falta de pruebas
Rodrigo Hayas es un abogado particular que fue designado en este caso como defensor ad hoc y preparó una defensa en la que apuntó a sostener la falta de pruebas directas contra el acusado.
Desde el inicio del juicio sostuvo que la muerte de Liliana fue consecuencia de un “accidente”, apartando a su representado del encuadramiento de femicidio.
Finalmente, por decisión del jurado, su cliente resultó absuelto del cargo que le hubiera implicado una condena a prisión perpetua.
El juicio contó únicamente con la actuación del fiscal Francisco Márquez como acusador, ya que la familia de Liliana no se presentó como querellante. Su hermano Fabián estuvo presente en las audiencias.
Los abogados Hayas y Martina Roldán fueron los defensores designados ad hoc para hacer valer los derechos de Aldeco.
Este juicio con jurados populares se hizo en el quinto piso de los Tribunales de Villa María, con la participación de las juezas Eve Flores y Nerina Gamero, y el juez Félix Martínez.
“Planteamos la hipótesis del accidente y demostramos a lo largo de toda la audiencia que no había pruebas ni certezas para condenarlo por femicidio”, declaró Hayas tras la sentencia.
“Una vez que contemos con los fundamentos del fallo, podremos conocer en profundidad los argumentos de la sentencia. Estamos satisfechos con el trabajo profesional realizado”, agregó.
