La familia de B., la joven de 25 años que fue violada en forma grupal domingo 25 de septiembre, pidió una consigna policial permanente en su domicilio ya que no se sienten seguros porque, según indican, algunos de los atacantes viven cerca de su domicilio y están libres.
La joven fue dada de alta el pasado viernes luego de ser operada ya que producto del fuerte ataque e intento de asesinato, según denunciaron sus familiares en la Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual del Primer Turno, a cargo de Alicia Chirino, donde fue radicada la primera denuncia por violación en 2018. Por el hecho del domingo fueron detenidos tres hombres.
“La fiscal (Alicia) Chirino nos dijo que tendríamos una consigna policial pero no fue así”, dijo Jésica, hermana de B.
Carlos González Quintana, abogado de la familia, indicó en diálogo con La Voz que la Policía les informó que la consigna no sería permanente en el domicilio sino “desde un radiofrecuencia y con algunos patrullajes”.
“Hay una absoluta desprotección. Para evitar cualquier situación que vuelva a poner en riesgo a la familia y a la víctima desde la querella formulamos un pedido a la fiscal para que la consigna se instale de manera permanente y no esté a cargo de policías de la comisaría del barrio porque la familia nos ha alertado de vínculos entre algunos policías de la zona con algunos de los involucrados”, explicó.
González Quintana también advirtió que elevarán un pedido a la Fiscalía General de la Provincia “a los fines de que se abra una investigación interna para determinar por qué razón no se acumularon en un mismo expediente las más de 20 denuncias que se radicaron en distintas unidades judiciales”. “Queremos saber por qué ninguno de esos sumarios avanzó con imputaciones o investigaciones concretas. Hubo una especia de “abandono judicial”. Este último episodio, donde la víctima salvó su vida por milagro, podría haberse evitado”.
Desde la Asamblea Ni Una Menos Córdoba conformaron una mesa de trabajo para ayudar en la búsqueda de justicia por B. Hace años que vienen acompañando a B. y es por ello que cuestionan la inacción judicial que llevó a que el hecho se repitiera.
“La fiscal Chirino tiene que rendir explicaciones a la sociedad y a la familia ante un intento de homicidio que que podría haberse evitado porque hubo muchas denuncias anteriores. Queremos saber qué va a hacer ahora y quienes auditan a los fiscales y el Ministerio de Seguridad”, indicaron desde el espacio en diálogo con La Voz.
Este diario intentó contactarse con la fiscal de la causa, pero no obtuvo respuestas.
Desde la Asamblea realizaron una marcha el miércoles pasado, 28 de septiembre y evalúan una nueva acción para visibilizar la causa y exigencia de justicia.
Cómo está B.
La joven se recupera en su hogar de las graves lesiones y según su hermana Jésica, su familia está encargada de contenerla, aunque desde el Polo de la Mujer se comprometieron a asistirla en estos días.
La joven aún no sale del shock y se profundizó su depresión que ya venía sufriendo en los últimos años a raíz del hostigamiento y las dos violaciones anteriores, según relató su hermana.
Tres violaciones grupales
“La primera violación de 2018 fue grupal y estuvo armada. Una amiga fue la entregadora. Hubo nueve involucrados, ocho hombres y una mujer. A mi hermana la drogaron y la violaron, la filmaron y la amenazaban con eso. Al principio no nos contó porque tenía miedo y cuando nos enteramos hicimos la denuncia. LE dieron un botón antipánico y una orden de restricción a los acusados que nunca cumplieron”, dijo Jésica.
Con el correr de los meses la familia asegura que comenzaron a amenazarlos, que les quemaron la casa. “Mi hermana no salía a ningún lado sin compañía. Iba a un curso con mi mamá y a la salida uno le pegó de tal forma que estuvo internada 15 días”, dijo Jésica quien asegura que fueron denunciando todos estos hechos en distintas unidades judiciales como la unidad judicial del barrio, en el Polo de la Mujer (aunque no recordaba en cuál unidad de las que funcionan allí) y en tribunales.
Jésica contó que en mayo, B. sufrió otra violación por parte del mismo grupo: “La secuestraron en la avenida Núñez, la metieron en un auto y la sometieron. Tenía siete pinchazos en la espalda. La amenazaron tanto con matarnos a todos que ella no quiso hacer la denuncia de ese hecho puntual. Allí cayó en una profunda depresión, ya no tiene ánimos para seguir adelante. Y cuando intentaba superarse el domingo pasado la vuelven a atacar e intentar asesinarla”. Jésica indicó que las tres veces su hermana fue drogada en forma intencional para que la pudieran someter.
“¿Cómo hacemos para sacarla de esto? Estamos luchando para ayudarla y luchando con la justicia para que nos escuche. El daño es enorme. Esto se podría haber evitado”, concluyó la mujer conmocionada.
