Una investigación realizada por las organizaciones de la sociedad civil Grow-género y trabajo en alianza con MundoSur y Bumeran reveló que el 80% de las personas vive o vivió alguna situación de violencia laboral.
La investigación se realizó a través de encuestas a 3.243 personas de Argentina, Perú, Ecuador, Chile y Panamá entre el 24 de julio y el 22 de octubre de 2024 sobre la percepción que tienen de la violencia laboral.
“A partir de las experiencias compartidas por 3.243 personas, la investigación arroja una conclusión clara: la violencia en el trabajo no es un hecho aislado, sino una realidad estructural que impacta en la salud, la productividad y las oportunidades de desarrollo de las personas.
La encuesta reveló que el 96% del total vivió o presenció alguna situación de violencia laboral. A su vez, comparan la realidad detectada en 2024 con la de una encuesta anterior realizada en 2021 que marcaba otros porcentajes menores en relación a la percepción de la violencia laboral en las personas.
“Se observa un aumento general en el reconocimiento de experiencias de violencia laboral en comparación con la encuesta realizada en 2021, que era del 71%”, indicaron. Y luego explican por qué se cree que sucedió esa variación: “El aumento podría estar relacionado con una menor naturalización de las violencias; no implica necesariamente una mayor frecuencia de estos episodios, sino una mayor percepción de los mismos”.
Tipos de violencia
La violencia psicológica, al igual que en 2021, es la más relevante para los encuestados. “Los resultados apuntan a que la violencia psicológica es una experiencia transversal a todas las personas sin distinciones considerables por género”.
“Mi jefa continuamente me gritaba y denigraba en público. en reuniones frente a compañeros. Decía que no era “digno” de mi cargo de subgerente, explicaba 1000 veces lo que tenía que hacer, me pedía reuniones para revisar mi agenda y controlar mi tiempo semanal, gritos constantes. Tuve que empezar un tratamiento psicológico y psiquiátrico con medicamentos. Solicité una licencia médica y a la vuelta me despidieron”, fue el relato de una de las encuestadas.
La violencia económica es muy relevante al igual que la económica: “Si bien no es la violencia más experimentada, su relevancia es similar a la violencia psicológica y de igual manera, se incrementó significativamente”.
Aunque la violencia simbólica suele ser poco visibilizada, el 67% de las personas encuestadas contestó haberla vivido. “Este tipo de violencia muestra mayores diferencias por género, siendo que un 76% de las personas de identidades no cisgénero y un 72% de las mujeres expresaron habera vivido, en tanto un 57% de los hombres indicó lo mismo, mostrando una diferencia de más de 15 puntos”, indicaron en el informe.
En la violencia sexual es donde hay mayor diferencia entre los géneros. Este tipo de violencia, al igual que la simbólica, es la que mayor diferencia por género presenta, con una diferencia de 15 puntos entre mujeres (45%) e identidades no cisgénero (45%) y hombres (30%).
La violencia física sigue siendo la menos frecuente, pero aumenta su percepción: “La violencia física es el tipo de violencia menos vivido en los espacios laborales, y no presenta grandes diferencias por género. Se observa un incremento de 12pp en comparación a 2021 con un crecimiento proporcional entre hombres y mujeres cis. Este incremento puede atribuirse a la inclusión de situaciones que involucran actos violentos a través de objetos, en la descripción de las situaciones de la encuesta”.
En cuanto a la violencia digital casi 4 de cada 10 personas encuestadas afirmaron haber vivido situaciones de violencia digital, lo que resalta la importancia que esta modalidad de violencia está adquiriendo en el ámbito laboral.
Quiénes ejercen violencia
En todos los roles relevados, los hombres cis fueron señalados como los que ejercen violencia en mayor medida.
“Los hombres cis son quienes más frecuentemente ejercen violencia, con porcentajes que oscilan entre el 56% y el 68%. El porcentaje más alto (68%) se registra en el caso de personas externas a la organización, seguido por líderes (no jefes directos), lo que demuestra que las relaciones de género tienen un peso importante tanto dentro como fuera del ámbito organizacional”, indicaron.
Por qué no se denuncia
Tanto en 2021 como en 2024 se sostienen las razones para no denunciar. “La percepción de falta de acción organizacional y la desconfianza en los mecanismos de denuncia internos y externos reflejan barreras estructurales que desalientan a las personas a exponer las situaciones de violencia”, dice el informe.
Por su parte, el temor a represalias es la tercera razón más común, y los hombres cis son los más impactados, con una brecha de 11pp respecto a las mujeres cis y de 21pp en comparación con las identidades no cisgénero.
Las mujeres cis y personas de identidades no cisgénero relatan ser más afectadas por factores emocionales y sociales, como el temor a que no les crean o los sentimientos de culpa.