La inflación se ha desbocado en los últimos meses en el país. Pero lo cierto es que se trata de un drama argentino que viene de hace años. De hecho, hace desde 2010 que no baja del 20 por ciento anual, con picos que en 2019 y 2021 superaron el 50%.
Y en este 2022, todo hace suponer que rondará entre el 60 y el 70 por ciento. O más…
El Centro de Almaceneros de Córdoba, a través de su Departamento de Estadística y Tendencias, difundió esta semana un informe muy valioso que le puso “nombre” y “apellido” al tremendo impacto inflacionario de la última década.
Hacia atrás
El estudio analizó la evolución en los últimos 10 años de los precios de los componentes de mayor peso en la Canasta Básica Alimentaria, comparándolos con ciertos indicadores clave en materia de ingresos de las familias cordobesas (salarios y jubilaciones) en el mismo lapso.
La idea fue revelar la brutal caída del poder adquisitivo de la población en estos años. Y vaya si lo demostró…
Por caso, el informe recordó cuánto valían en mayo de 2012 una serie de productos de consumo masivo, y repasó la inflación que acumularon hasta mayo de este año. Las conclusiones son devastadoras.
Veamos algunos ejemplos:
El litro de leche entera costaba en 2012 menos de cinco pesos: 4,83, para ser más exactos. Y en los últimos 10 años, se encareció un increíble 3.186 por ciento, hasta llegar a rozar los actuales 160 pesos.
Otro: el pan francés, que en aquel entonces valía 10,50 pesos por kilo, se “infló” un 3.043 por ciento en estos años. Resultado: hoy cuesta 330 pesos por kilo.
Y otro más: el kilo de yerba mate salía en 2012 unos 12,40 pesos. En 10 años acumuló una suba del 4.712 por ciento, hasta los 597 pesos actuales.
Así, podríamos seguir repasando la evolución de muchos otros productos. En todos los casos, la inflación de cada uno en la última década se sitúa entre el dos mil y el 4.500 por ciento, según el alimento analizado.
En tanto, en el mismo período, el salario mínimo vital y móvil (SMVM) y las jubilaciones también sufrieron ajustes, pero mucho menores: 1.593 y 1.796 por ciento, respectivamente.
Para adelante
Pero si sorprende y hasta asusta recordar cuánto salían las cosas hace 10 años, casi que aterra hacer el ejercicio de cuánto pueden llegar a costar dentro de una década si el ritmo de inflación es el mismo.
Y nosotros lo hicimos (desde ya, pedimos disculpas…):
Si el litro de leche aumentara lo mismo que entre 2012 y 2022, en mayo de 2032 el sachet costaría 5.323 pesos. Y un kilo de pan, 10.371 pesos. Y el paquete de yerba, la friolera de 28.535 pesos.
Obviamente, es de esperar que los salarios también aumenten de aquí en más, pero si sucede lo mismo que en estos últimos 10 años, la brecha se ampliará y el derrumbe del poder adquisitivo será catastrófico.
Esperemos que quienes nos gobiernen en los próximos años logren finalmente encontrar la fórmula para frenar la inflación. Porque, la verdad, es difícil pensar que nuestros bolsillos (y hasta nuestros corazones) puedan soportar otra década con semejante nivel inflacionario.