Ante el aumento de la demanda energética y los altos costos de algunos sistemas tradicionales, como las estufas a gas o los aires acondicionados con función calor, el caloventor volvió a posicionarse como una de las opciones más económicas y prácticas para afrontar el invierno.
Se trata de un pequeño electrodoméstico que funciona mediante una resistencia eléctrica y un ventilador interno, capaz de emitir aire caliente en pocos segundos.
Este tipo de calefactor resulta especialmente útil para espacios reducidos, como dormitorios, escritorios o baños. Su portabilidad y facilidad de uso también son la clave en un contexto de bajas temperaturas récord y restricciones presupuestarias. Además, su precio accesible lo convirte en una solución de rápida implementación.
En tiendas físicas y plataformas de venta online se encontraron modelos desde los $ 20.000, hasta los $ 350.000 aproximadamente como las famosas “pantallas” o “paneles caloventor” que tienen ionizador entre otras particularidades. Todos eléctricos.
A diferencia de otros sistemas que requieren instalación, conexión a la red de gas o intervención técnica, el caloventor solo necesita una toma eléctrica para comenzar a funcionar, lo que lo hace aún más atractivo frente al frío intenso.
La demanda crece con las bajas temperaturas
“El frío hace que se dispare la venta de calefactores eléctricos en general. La gente se inclina mucho a lo eléctrico”, afirma Julio Isuani, presidente de la Cámara de Electrodomésticos de Córdoba.
Según indicó, la facilidad de uso, los costos iniciales bajos y la rapidez con la que calientan ambientes pequeños fueron las razones principales por las que este tipo de productos ganen protagonismo en los comercios.
Consumo y seguridad: puntos a favor
Si bien su consumo eléctrico puede variar según la potencia —entre 1.000 y 2.000 watts por hora—, su capacidad para elevar la temperatura de un ambiente pequeño en pocos minutos permite reducir su tiempo de uso y, por ende, controlar el gasto energético. Muchos usuarios optaron por utilizarlo exclusivamente en las primeras horas de la mañana o en la noche, cuando el frío resultó más extremo.
Otra de las ventajas del caloventor frente a otros métodos de calefacción es que no utiliza gas, lo que elimina el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono o pérdidas en la instalación.
En una provincia donde los accidentes domésticos por sistemas de calefacción mal ventilados ocurren cada invierno y con más frecuencia, esta característica debe ser especialmente valorada.
Comparativa con otros métodos
Mientras que un aire acondicionado con función calor puede costar entre $ 500.000 y $ 800.000, de los mas económicos y menos de 3500 frigorías.
Mientras que una estufa a gas de tiro balanceado requiere instalación profesional, el caloventor se presenta como una solución inmediata para quienes necesitan climatizar una parte de la casa sin una gran inversión inicial. Además, su bajo peso y tamaño compacto permiten moverlo de un ambiente a otro sin complicaciones.
En tiempos donde cada gasto se evalúa al detalle, esta alternativa permite a cientos de cordobeses enfrentar la ola polar sin comprometer el presupuesto familiar.