Después de una larga espera, Wegovy, la inyección de Novo Nordisk aprobada para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso, ya se consigue en farmacias argentinas. El fármaco —considerado el “hermano mayor” del Ozempic— utiliza semaglutida, el mismo principio activo, pero en dosis más altas y con una indicación médica específica para el control del peso.
El medicamento fue autorizado por la Anmat hace dos años y su llegada al mercado local replica un fenómeno mundial: el uso creciente de inyecciones para adelgazar, impulsado por figuras como Kim Kardashian, Elon Musk o Lady Gaga.
Cómo actúa y quiénes pueden usarlo
Wegovy se aplica una vez por semana mediante una lapicera prellenada y está indicado para adultos con obesidad o sobrepeso que presenten alguna enfermedad asociada —como hipertensión, colesterol alto o diabetes tipo 2—, además de adolescentes desde los 12 años con un peso superior a 60 kilos.
El medicamento actúa reduciendo el apetito y aumentando la sensación de saciedad, al imitar la acción de una hormona llamada GLP-1, que regula el hambre.
Según estudios clínicos, puede generar una reducción promedio del 17% del peso corporal, y hasta un 20% en algunos pacientes.

Cuánto cuesta Wegovy en Argentina
El precio varía según la dosis.
- La presentación de 1 mg cuesta alrededor de $ 355.000, igual que el Ozempic.
- La dosis de 2,4 mg, que es la de mantenimiento, alcanza los $ 696.900 por caja de cuatro jeringas.
La empresa informó que está negociando con prepagas y obras sociales para definir los niveles de cobertura, aunque no habrá sistema de bonos o muestras gratuitas como ocurrió con Ozempic.
Advertencias médicas y uso responsable: no es para uso estético
Pese al entusiasmo que genera entre quienes buscan una “solución rápida”, especialistas advierten que Wegovy no es un medicamento estético.
“La semaglutida es una herramienta clínica, no cosmética. Usarla solo para perder algunos kilos es un error”, señaló Fernanda Delgado, secretaria del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
Según la experta, el riesgo está en que “se consolide su uso al servicio del ideal corporal hegemónico”. Además, puede provocar efectos adversos gastrointestinales, como náuseas o diarrea, en alrededor del 10% de los pacientes.
“No es una solución mágica”
La médica nutricionista Mónica Katz, expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, explicó que el medicamento “es un complemento dentro de un plan integral que incluya alimentación, actividad física y salud mental”.
“El laboratorio logró que la hormona GLP-1, que dura un minuto en el cuerpo, se mantenga activa 180 horas. Por eso la inyección es semanal. Pero el tratamiento debe estar acompañado por cambios de hábitos”, aclaró a Clarín.
En la misma línea, Félix Puchulu, jefe de la División Diabetes del Hospital de Clínicas, advirtió sobre el riesgo del uso indiscriminado: “Si una persona se inyecta pero no mejora su alimentación ni su actividad física, el efecto es limitado. Y al suspenderla, suele recuperarse el peso perdido.”