El Honda Civic forma parte de los autos provistos de baúl con más tradición en nuestro mercado, junto a modelos como el Toyota Corolla y el Volkswagen Vento. La última generación del modelo de Honda (la décima) se lanzó en Argentina en 2016, proponiendo una importante evolución en este clásico sedán, que se comercializó hasta 2021.
A mediados de noviembre pasado, la marca de origen nipón puso de nuevo en los concesionarios al Civic, pero con cambios sustanciales; así, ahora se comercializa con un sistema híbrido (motor naftero combinado con otro eléctrico). Clasificados La Voz estuvo a bordo de la nueva generación (la undécima) y te cuenta lo más destacable de este familiar que ahora logra una autonomía superior a 800 kilómetros.
Más grande y agresivo
Son muchos los cambios que experimentó el sedán de Honda. El primero y el más notable es su mayor tamaño: 4,63 metros de largo, 2,70 m de distancia entre ejes, 1,79 m de ancho y un dato que favorece a su estirpe deportiva: 1,43 m de altura, uno de los más bajo de la categoría. Si bien su afilada y voluminosa trompa con las rasgadas ópticas con luces led es lo primero con lo que uno se topa y queda seducido, su parte trasera en descenso (bien al estilo de un cupé) no se queda atrás. De costado, sobresale su cintura bien alta y sus llamativas llantas de 17 pulgadas, disponibles en todas las versiones.
La habitabilidad es lo suyo
El mayor porte del Civic híbrido se traduce puertas adentro en un habitáculo muy espacioso. Hay mucho lugar atrás para que entren tres adultos, aunque por su abrupta caída de techo los pasajeros de talla alta puede llegar a sentirlo demasiado cerca de sus cabezas. Otro cambio contundente es su mayor espacio en el baúl: 495 litros versus los 376 litros de su antecesor. La mayoría de los modelos de Honda se caracteriza por la buena calidad de plásticos y buenas terminaciones. En esta nueva generación que proviene de Tailandia, además de eso, encontramos lindos diseños y varios detalles, como el entramado tipo panel de abeja de las rejillas de la ventilación.
Bien “tecno”
El apartado tecnológico con el que uno se encuentra adentro está muy bien resuelto. El tablero de instrumentos es digital (TFT de 10.2”) y tiene muchísima información sobre los consumos y el funcionamiento de las asistencias a la conducción.
La pantalla multimedia es táctil y tiene 9”. Desde allí se puede ir observando el funcionamiento segundo a segundo de los propulsores (eléctrico o naftero) que son los que le dan tracción a las ruedas delanteras y los instantes en los que se regenera la carga en la batería. No se puede dejar de mencionar la cámara ubicada en el retrovisor derecho, que apunta hacia atrás, la cual se prende y se proyecta en la pantalla multimedia cada vez que se activa el guiño derecho.
Un híbrido diferente
Como cualquier auto híbrido, el Civic e:HEV utiliza dos motores. Por un lado, tiene uno de combustión interna (2.0 litros de 143 CV y 187 Nm) y otro eléctrico con baterías de litio de 1.05 kWh (184 CV y 315 Nm). Lo interesante del caso es que ambos propulsores nunca se combinan, sino que se van alternando.
Esto, en la práctica, significa que el motor eléctrico tiene mucho más protagonismo en ciudad que en el resto de los autos híbridos. En ruta, cuando se viaja entre 80 km/h y 120 km/h, es el “corazón” naftero el que toma las riendas. Pero la cosa no concluye allí, ya que, por ejemplo, en un sobrepaso, cuando la aceleración es más brusca, vuelve a intervenir el motor eléctrico, ya que es el que definitivamente entrega más torque.
Toda esa alternancia repercute finalmente en el consumo de nafta, el cual es realmente bajo. De este modo, en ciudad su consumo ronda los 2,1 litros cada 100 kilómetros, mientras que en ruta consume 5,4 litros cada 100 km. El promedio ronda los 4,1 l/100 km. A pesar de que su tanque es chico (40 litros), la autonomía oscila entre los 840 km y los 860 km.
¿El sedán del momento?
El confort de marcha del Honda Civic y su desempeño rozan la excelencia. Con su centro de gravedad bajo y una puesta a punto muy equilibrada, es un auto que transmite mucho placer al andar. Silencioso a más no poder, de suspensiones suaves y reacciones más que nobles (en modo Sport aumenta la respuesta del acelerador), el Civic se convirtió en uno de aquellos coches que nos costó devolver.
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