Después de mucho tiempo sin presencia en la media alta cilindrada de las motos polivalentes, Honda vuelve a competir en el mercado local. No lo hace con cualquier modelo, sino que retorna con la Transalp XL 750, la mítica dos ruedas que hizo furor en la década del 90 y que después de 17 años sin entrar al país ahora regresa proveniente de Japón. Días atrás, estuvimos probándola por más de 400 kilómetros en la ciudad de Mendoza. En esta nota, Clasificados La Voz comparte la experiencia de manejo.

La vuelta de un clásico
Para quienes no conocen el mundo de las motos, vale poner en contexto a la Honda Transalp XL 750. Se trató de uno de los modelos icónicos de la década del 90, considerada la época de oro de las japonesas. Se comercializó entre 1998 y 2008, y después de 17 años esta dos ruedas que se caracteriza por su carácter polivalente vuelve a ser noticia.

La misma esencia
Si bien la nueva Transalp evolucionó con respecto a sus antecesoras en prácticamente todos los aspectos, la marca se esmeró para mantener la esencia de la moto, logrando así que sea fácilmente reconocible como tal, pese a que se trata de una moto de última generación.

El carenado que envuelve su tanque de 16,9 litros es uno de los rasgos más característicos que emparenta a la nueva Honda con las generaciones anteriores. El faro también resguarda su formato, aunque en este caso utiliza luces full led, lo mismo que los guiños. Todo el conjunto transmite robustez, con sus defensas de acero en los laterales y la estirpe de moto grande, con ruedas de 21” adelante y 18” atrás, algo que el usuario de este tipo de modelos busca y prioriza.

A nivel equipamiento, tiene lo esperable para una moto de su segmento. Cuenta con acelerador electrónico, control de tracción, quickshifter y cinco modos de conducción. El tablero es un tanto pequeño (TFT de 5”) pero bastante claro y legible, con información básica y con la posibilidad de ir seleccionando distintas funciones desde un comando bien ergonómico en el manillar derecho.
Frente a sus rivales chinas del segmento, la Transalp queda en desventaja al no ofrecer, por ejemplo, control crucero, puños y asientos calefaccionados, GPS y parabrisas regulable. Si nos ponemos pretenciosos, también se le pueden exigir las cámaras, algo que ya varias motos ofrecen.

Su nuevo corazón
Uno de los grandes cambios que introdujo la Transalp XL 750 es su motor bi clíndrico de 755 cc con inyección electrónica de 90.5 CV. Se trata del mismo propulsor de la Honda Hornet 750, pero configurado de manera diferente, capaz de entregar 75 Nm. La caja es de seis marchas y está complementada con embrague multidisco bañado en aceite, con sistema anti rebote asistido.
¿Cómo es manejar la Transalp XL750?
El carácter polivalente de la Transalp XL750 llevó a Honda a pensar en un contacto donde se pudieran combinar diferentes escenarios y superficies. Fueron cerca de 400 kilómetros recorridos: empezando por el final, lo primero que destacamos es que no concluimos la prueba cansados. En gran parte, eso se debe a la postura relajada que ofrece y a su asiento de doble altura muy cómodo, el cual tiene una distancia al piso de 850 mm (lo que la vuelve muy maleable con la moto detenida).
Su peso de 208 kilos también colabora con eso, y es fácil moverla. Los modos de conducción que ofrece son muy diferentes entre sí, lo que aporta gran flexibilidad según el uso que se le quiera dar. En el modo standard se comporta sosegada, fácil de llevar, serena en las aceleraciones y con un consumo que ronda los 4 litros cada 100 km, con lo que se pueden recorrer hasta 380 km.

En el modo Sport, la moto se despierta y se vuelve más enérgica, con un sonido de su silenciador que entusiasma. En estos tramos se agradece el accionar de su doble disco (310 mm) delantero y trasero (256 mm), además de la intervención de ABS y el control de tracción.
El modo llamado Gravel es el que fue concebido para pisar la tierra. Además de desconectar el ABS de la rueda trasera y el control de tracción, también se pueden regular la entrega de potencia (cinco niveles) y el freno motor, algo crucial para los descensos. Con todas estas alternativas y utilizando los modos correctos, la moto convierte en fácil cualquier tipo de terreno complejo.
En resumen, la Transalp transmite mucha confianza, mientras que su precio (U$S 17.500), del cual se especulaba iba a posicionarse cerca de los U$S 20 mil, refuerza que se trata de una gran opción para quienes buscan este tipo de motos.
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