Si hay una marca de autos a la que grandes y chicos conocen y rápidamente identifican con un modelo en particular, esa sin dudas Jeep Wrangler. El legendario modelo que cumplió 84 años se actualizó y modernizó, sin perder un ápice de su esencia todo terreno. Clasificados La Voz pudo tomar contacto en el circuito de arena que el Grupo Stellantis tiene en el predio del Summer Car Show (Villa Gesell) y te cuenta las principales novedades del padre del off-road.
Jeep crece en Argentina
Jeep fue la segunda marca que más creció (la primera fue Fiat) del conglomerado de automotrices que están bajo el paraguas de Stellantis en Sudamérica. Los modelos que empujaron ese buen posicionamiento de la firma de origen norteamericano fueron Renegade y Compass (terminaron con 3,4% de market share entre ambos). Ese buen desempeño puso de buen ánimo a la filial argentina de Jeep, que decidió casi en simultáneo con su lanzamiento mundial empezar a comercializar a la nueva generación del Wrangler.
Lo hizo de nuevo
El Wrangler es el vehículo 4x4 más longevo, que nunca dejó de producirse ni cesó su comercialización desde sus inicios. La última actualización del modelo fabricado en Estados Unidos incorpora importantes novedades en materia de diseño exterior y tecnología interior, además de implementar un flamante motor turbo alimentado.
Los cambios por fuera
Empezando por su estética, el Wrangler sumó una parrilla rediseñada inspirada en el Rubicon 20th Anniversary que, además de actualizar su apariencia, permite un mayor flujo de aire hacia el motor. Las llantas de 17” cuentan con un nuevo diseño y la antena ha sido reubicada integrándola al parabrisas, con el fin de mejorar el despeje frontal por encima del capot y así evitar de mejor manera obstáculos que pueden entorpecer el desempeño off -road.
A prueba de agua y barro
El Wrangler siempre fue uno de los vehículos más rústicos puertas adentro, y en esta nueva etapa se modernizó en pos del confort de marcha. Uno de los implementos que más resaltan es su nueva pantalla de 12” apaisada. Desde la marca explicaron que esa posición facilita conducir y ver la navegación sin tener que quitar la vista del camino.
El otro cambio importante son sus asientos eléctricos (antes manuales). En este sentido, remarcaron que pese a la electrónica siguen siendo sumergibles. Recordemos que el Wrangler puede conducirse sin techo e incluso permite quitarle el parabrisas, de modo que todo el interior es a prueba de agua y barro.
Menos caballos, más torque
El cambio más sustancial se encuentra debajo del capot. El Wrangler abandona el histórico motor Pentastar V6 3.6 litros de 285 CV y 353 Nm y adoptó un propulsor llamado Hurricane 4. Se trata de un cuatro cilindros 2.0 turbo naftero de 272 CV y 400 Nm de torque, el cual aparece apenas en las tres mil revoluciones. El nuevo propulsor tiene menos caballos, más torque y un dato no menor: es menos gastador. Está asociado a una caja automática de ocho velocidades, tracción 4x4 desconectable, reductora y bloqueo de diferenciales delanteros y traseros.
Modos de tracción
El modelo sumó cinco modos de tracción: 2 WD High/4WD Auto/4WD High/Neutral/4WD Low. Esto, junto a los ejes rígidos delanteros y traseros, el bloqueo de diferencial Tru Lock, la desconexión electrónica de la barra estabilizadora, el modo de manejo off- road y la cámara delantera lo convierten en uno de los mejores vehículos para afrontar cualquier terreno de la actualidad en el mercado.
La actualización que recibió también involucró su apartado de seguridad y, por primera vez, el Wrangler cuenta con Asistentes a la Conducción (Adas). En este sentido, vale mencionar el control crucero adaptativo, luces altas automáticas, alerta de punto ciego y frenado autónomo de emergencia, entre los principales recursos.
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