Con la llegada del verano, los edificios atraviesan cambios en su dinámica cotidiana. Mientras algunos departamentos permanecen vacíos por semanas, otros se llenan de visitas y turistas. Ese movimiento tiende a impactar en la convivencia y a generar conflictos recurrentes.
“En época de vacaciones, los consorcios de propietarios enfrentan desafíos y problemas diversos. La ausencia de personas (que en algunos casos abarca la totalidad de algunos complejos) suele provocar que haya más robos. Por otra parte, ante algún inconveniente de índole técnica (obstrucción de ductos, rotura de cañerías, por ejemplo) la respuesta de la administración suele verse condicionada por las dificultades para ingresar a unidades cuyos ocupantes no se encuentran en la ciudad. Por eso, siempre se recomienda dejar datos de contacto y/o personas con llaves de los departamentos para asistir en casos de urgencias”, explicó Sebastián Viqueira, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal (CAPH) Córdoba.
Asimismo, la necesidad de reemplazar al personal de los edificios que está de vacaciones incrementa los costos de funcionamiento (hay que pagar dos salarios, el del trabajador titular y el del suplente). En muchos casos se reduce el número de horas de portería para atemperar ese costo, lo que se refleja en la calidad del servicio.
Además, las altas temperaturas imponen la necesidad de un mejor tratamiento de los residuos húmedos para evitar la proliferación de olores desagradables. La responsabilidad y el respeto de los horarios de retiro de residuos de los habitantes de los edificios resulta vital para evitar esos problemas. A eso se suma que en estas épocas se da la mayor proliferación de insectos y plagas, por lo que mantener una buena higiene es muy importante.
Ranking de problemas
En plena temporada alta de uso de parrillas, piletas y espacios comunes, la plataforma ConsorcioAbierto hizo un relevamiento de los tres problemas más frecuentes que aquejan a los vecinos.
1. Tránsito constante de personas: el flujo de personas en los edificios se modifica drásticamente en verano. Muchos propietarios viajan y dejan sus departamentos deshabitados, mientras que otros los alquilan temporalmente, lo que genera un ir y venir de desconocidos. En ciudades donde el alquiler temporario a través de plataformas como Airbnb viene en aumento, el uso frecuente de llaves y accesos por personas ajenas al edificio genera preocupación en los vecinos.
2. Uso intensivo de los amenities: el calor y el tiempo libre incentivan la utilización de las zonas comunes del edificio, como parrillas, piletas y salones de usos múltiples (SUM). La falta de organización puede derivar en conflictos por la disponibilidad de esos espacios, en especial cuando no hay turnos preestablecidos o no se respetan los reglamentos internos.
En el caso puntual de las piletas, los reglamentos son claros: mientras que la mayoría permite uno o dos invitados por unidad funcional, otros no admiten ninguno, o sólo realizan excepciones durante la semana. Según ConsorcioAbierto, esa es la regla que más se transgrede.
“Para evitar disputas, muchos consorcios optan por implementar sistemas de reservas digitales. A través de apps, los vecinos pueden visualizar la disponibilidad de los amenities, reservar turnos y hasta gestionar pagos en caso de que esos espacios tengan un costo adicional. Además, la tecnología permite tener a mano el reglamento de uso de los amenities en el celular para consultas”, apuntó Laiuppa.
3. Problemas con el aire acondicionado: el uso masivo de aires acondicionados durante el verano trae aparejado un inconveniente frecuente, el goteo hacia otras unidades o espacios comunes. Para prevenir situaciones conflictivas, algunas administraciones envían recordatorios a los propietarios a efectos de que realicen el mantenimiento adecuado de sus equipos.
La centralización de reclamos mediante plataformas digitales permite que esos inconvenientes sean atendidos de manera más eficiente, lo que evita demoras y escaladas en la problemática.
Te puede interesar
