En el dinámico mundo del sector inmobiliario, la figura de la mujer ha emergido como un pilar fundamental que aporta un valor innegable. Ellas representan en este campo no sólo una fuerza laboral creciente en los últimos años, sino que también aportan una perspectiva única y enriquecedora. Una de las principales cualidades que las mujeres agregan al sector es la habilidad para construir relaciones sólidas. La empatía, sensibilidad y la capacidad de escuchar son herramientas esenciales en la venta y el alquiler de propiedades.
“Las mujeres tendemos a comprender las necesidades de los clientes de manera profunda, lo que nos permite ofrecer soluciones personalizadas y efectivas. Somos el corazón de cualquier inmueble, al convertirlo en un hogar y con protagonismo al sostenerlo en el tiempo. Este enfoque humano genera confianza y también transforma cada transacción en una experiencia positiva”, destacó Silvina Domínguez, socia y fundadora del área Mujeres Inmobiliarias del Centro de Corredores Inmobiliarios de Córdoba (CecinCba).
Además, suelen ser excelentes negociadoras, con estilo colaborativo y enfoque en el diálogo abierto, lo que facilita acuerdos beneficiosos para todas las partes involucradas. Esa habilidad no sólo se traduce en resultados económicos favorables, sino que también fomenta un ambiente de trabajo más equilibrado y respetuoso con sus colegas, capaz de lograr un equilibrio con fuerza .
El liderazgo femenino en el sector inmobiliario también marca la diferencia. Cada vez más mujeres ocupan posiciones clave en empresas, organizaciones e instituciones, impulsando cambios significativos hacia una mayor inclusión y diversidad. Eso beneficia a las mujeres en el sector inmobiliario a la vez que enriquece a toda la actividad, ya que diferentes perspectivas conducen a soluciones innovadoras.

Un plus en la mirada
El sector inmobiliario ha experimentado una transformación en los últimos años, y dentro de ese cambio, la presencia de la mujer ha adquirido un papel cada vez más relevante.
Hoy, las profesionales del rubro aportan conocimiento y experiencia, a la vez que suman un diferencial clave: una mirada integral basada en la empatía, la comunicación efectiva y una fuerte orientación al cliente.
“Históricamente, la compra, venta y alquiler de propiedades han sido operaciones asociadas a procesos netamente comerciales. Sin embargo, la incorporación de más mujeres en el sector ha permitido que se vuelvan más humanizados y personalizados. Las mujeres solemos destacarnos por nuestra capacidad de escucha activa, entendiendo no sólo lo que el cliente busca, sino también lo que necesita a nivel emocional en una operación que, muchas veces, marca un cambio de vida”, subrayó Carolina Fiore, vicepresidenta del Colegio Profesional de Inmobiliarios Córdoba (CPI).
Además, la organización y la gestión eficiente son habilidades que ellas aplican con naturalidad en la planificación de estrategias de ventas, administración de carteras de clientes y desarrollo de proyectos inmobiliarios. Esas competencias se traducen en transacciones más ordenadas, en una mayor satisfacción del cliente y en una mejor fidelización.

Renovación
El liderazgo femenino también ha impulsado una mayor innovación en la forma de comercializar inmuebles. Desde el uso de herramientas digitales hasta el desarrollo de estrategias de marketing inmobiliario más creativas, las mujeres han demostrado capacidad para adaptarse a un mercado en constante evolución.
En la misma línea, Vicky Manzotti, propietaria de la firma homónima de Negocios Inmobiliarios, afirmó que uno de los principales diferenciales que aporta la mujer es su capacidad para generar vínculos de confianza con los clientes: “A través de la empatía y la escucha activa, logramos comprender en profundidad las necesidades y aspiraciones de quienes buscan comprar, alquilar o vender una propiedad. Este enfoque centrado en las personas mejora la experiencia del cliente, fortalece la fidelización y el crecimiento del negocio”.
Con matices propios
Más allá de números y transacciones, la mirada femenina incorpora una valoración especial del hogar como espacio de bienestar. Las mujeres suelen enfocarse en la funcionalidad, la calidad de vida y la adaptabilidad de los espacios, lo que ayuda a los clientes a visualizar no sólo una propiedad, sino un lugar donde construir su futuro.
Ese enfoque se traduce en recomendaciones más personalizadas y en un asesoramiento más allá de lo comercial; también se observa en la tendencia hacia viviendas sostenibles y diseñadas con mayor sensibilidad hacia la comunidad y el entorno.
El avance de las mujeres en el sector inmobiliario es una realidad que sigue creciendo. Su capacidad para aportar valor desde distintas perspectivas, su profesionalismo y su sensibilidad ante las necesidades del mercado hacen que su papel sea cada vez más relevante.
Disrupción y liderazgo
La mujer ha sido clave en la implementación de estrategias disruptivas, desde el marketing digital hasta el home staging y el diseño sostenible. Su enfoque creativo impulsa nuevas formas de presentar y comercializar propiedades, adaptándose a las tendencias y necesidades del mercado.
También han promovido la digitalización, al utilizar herramientas tecnológicas para mejorar la experiencia del cliente y optimizar procesos de compra y venta.
“El liderazgo femenino en el sector inmobiliario promueve un estilo de gestión más colaborativo e inclusivo. Las mujeres que ocupan puestos de liderazgo fomentan equipos diversos, impulsan la equidad de género y generan espacios de trabajo donde la cooperación y el crecimiento conjunto son prioridad”, destacó Manzotti.