–¿Cuándo empezaste a cocinar?
–Empecé a cocinar en mi adolescencia, cuando iba al colegio, cocinaba en mi casa, para mi familia. Siempre en mi casa se comía muy buen, mis padres son muy buenos cocineros, ambos, entonces desde ahí, desde chiquita, siempre estuve metida en la cocina, de parte de mi abuela materna siempre he estado ahí.
–Vos sos de Misiones, ¿de qué lugar?
–Nací en El Dorado, después viví un tiempo en Puerto Piraí, que es donde está mi familia ahora, y actualmente mis padres están en Oberá.
–¿Ahí qué se come?
–Misiones tiene una cultura muy rica en hidratos, reviro, chipaguazú, sopa paraguaya, mate cocido, mate cocido quemado, mucho pescado, el dorado frito, el chupín de pescado, el bori bori, que es una sopa con unas albondiguitas de harina de maíz, la chipa, obvio, en todas sus versiones, rellena, frita, asado, la mandioca.
–¿Cuándo dejaste Misiones?
–Me vine a Córdoba con 17 años.
–¿Viniste a estudiar?
–Primero vine a hacer el ingreso a Nutrición, ese mismo año me di cuenta de que estaba complicado y me anoté en la carrera de Gastronomía.

–¿Cómo surgió lo de especializarte en comida callejera?
–La idea de Grabeat surgió a partir de una oportunidad de un local, junto con mi socio plasmamos esta idea de acercar la gastronomía a la gente, que sea una comida simple, fácil de comer, sabrosa, que tengan acceso a todo, porque en su momento, nueve años atrás, Nueva Córdoba no tenía el poder económico que está teniendo ahora. Entonces, la idea era de que cualquier persona al paso pudiera comer un plato que comería en un restaurante, pero de manera informal: corderos, langostinos, un taco con tortilla de maíz y cosas así.
–Lo que sorprende es que incursionaste en platos de gastronomía étnica, de distintos lugares del mundo, sin casi haber viajado, a diferencia de lo que hacen muchos otros cocineros. ¿Cómo lo hiciste?
–Soy una persona muy meticulosa, que trabaja mucho para cumplir sus objetivos y este concepto de la comida callejera siempre me resultó muy curioso. Leo mucho, invierto mucho en libros, estudio, soy más de estudiar la cultura, no soy de seguir recetas (de hecho, no sigo recetas nunca), pero sí estudio la cultura. Soy de ver cómo viven, cómo comen, por qué. Y también como cocinera soy un poco atrevida, creativa, lanzada. Soy una persona que está todo el tiempo en la cocina, disfruto la gastronomía desde dentro y me animo a probar.
–¿Te ha pasado de que ha ido a tu local alguien de algún país que probó uno de sus platos típicos y dijo que se sentía en su tierra?
–Muchos, muchos mejicanos, muchos. Hay un actor mejicano muy conocido que vino hace dos años y cada vez que vuelve a la Argentina me dice: “Tus tacos saben más ricos que los de México”. Hay una señora que es de la India, le di probar mi garam masala y se emocionó porque le hizo acordar a su madre, al olor de la cocina de mi madre.
–En la cocina, ¿cuánto hay de conocimientos, de técnicas, la parte más científica, y cuánto de destreza individual, de talento innato?
–Es un trabajo en equipo. Tenés que ser autodidacta, bien balanceado, creativo, intuitivo, disfrutar, vivir la cocina sin miedo desde ese lado, pero también necesitás técnicas. Es superimportante estudiar, saber las técnicas, conocer el porqué, cómo evoluciona un producto, a qué resultado llegás trabajando tal o cual técnica.
–¿Por qué hay tan pocas chefs mujeres, al menos en Córdoba?
–Hay integrantes de los equipos de cocina que son mujeres, pero pocas al mando.

–¿Es muy machista la cocina?
–Yo creo que eso es algo que está cambiando. Las mujeres a veces tenemos muy poca visibilidad del trabajo que hacemos desde la gastronomía y siempre el hombre o los cocineros tienen mucha mayor visibilidad. Pero también es un trabajo que uno viene haciendo y que uno lo logra. En mi caso, hay un montón de chicas y de mujeres cocineras que me agradecen porque un poco toman mi voz y se sienten escuchadas, y eso es superimportante.
–¿Nunca se te dio por saltar a encabezar cocinas de grandes restaurantes en Córdoba o en otros lugares del país?
–Sí, es un deseo tener mi propio espacio, pero no sé si masivo o grande, pero sí es un deseo que tengo pensado y sé que en algún momento lo voy a lograr, porque me pasa a veces que Grabeat me queda chico, en el sentido de los platos que quiero hacer o de las estructuras de nivel de eventos que mi cabeza se imagina (porque mi cabeza vuela, a veces es insoportable). Ideas y eso nunca me faltan, pero yo soy muy de vivir en lo que me está sucediendo hoy, transitarlo con pasos firmes, con la tranquilidad que me caracteriza. Pero sí es un deseo que en algún momento voy a cumplir.
–¿Este trabajo es muy esclavizante? Trabajan cuando la mayoría de la gente descansa y cuando el resto trabaja, ustedes también.
–Creo que eso tiene que ver más con lo personal de cada uno y cómo uno se plantea su vida en cuanto a su profesión. La cocina sí es demandante. Mi cocina y mi forma de trabajar o mi forma de ser son superdemandantes, pero yo organizo mi vida para no dejar de hacer mis actividades. Entonces, yo no lo sufro. Hay actividades mías que yo no las negocio porque sé que me hacen bien, que las disfruto, que me mantienen en eje y que me dan esa fuerza para todos los días estar dentro de una cocina. A mí me gusta cocinar, me gusta la cocina, me gusta estar entre ollas, me gusta compartir con los chicos en la cocina, me gusta el equipo, me gusta estar trabajando a la par de ellos. Sí paro, sí disfruto, sí tengo mis actividades.
–¿Y qué otra cosa te gusta hacer?
–Me gusta el deporte. Entreno todas las semanas, hago yoga, siempre en alguna semana alguna juntadita con amigos, estoy leyendo mucho. Además, la lectura, la verdad que encontré un lindo espacio en la lectura y dejé de usar el teléfono y me pongo a leer.
–¿Qué leés?
–Estoy leyendo un poco de todo. La verdad es que mi terapeuta me va recomendando libros y leo un poco de todo, libros más profundos, de enseñanzas personales, lectura pasajera, libros de arte, de creatividad. Me gusta mucho leer sobre creatividad también, para desarrollar el pensamiento creativo.
–¿Y qué deporte practicás?
–Hacía natación, pero hace un tiempo dejé. Salgo a correr y entreno en el gimnasio. Ahí voy haciendo distintas clases. Ahora empecé trekking. Me anoté en un grupo donde una vez al mes vamos a ir a hacer caminatas en las sierras. Me gusta encontrar lugares en las sierras con Pastorcito, mi perro, el termo de mate y un librito, y eso es como un desconecte.
–¿Pastorcito está muy presente en tus redes?
–Sí, le puse así porque el taco al pastor es uno de mis platos preferidos de Grabeat.
Perfil
Cecilia López tiene 36 años, nació en Misiones, vive en Córdoba hace 19 años, estudió gastronomía y es la chef propietaria de Grabeat, un local en Nueva Córdoba dedicado a la cocina callejera con platos de distintos lugares del mundo. Sus fuertes son la cocina asiática y mejicana, pero su debilidad son los platos típicos heredados de sus padres y abuelos de la tierra misionera.