Cómo es la experiencia en una delicada cafetería de Sierras Chicas

Villa Allende está muy fuerte en materia gastronómica, dispone de una muy buena variedad (con calidad) de servicios referidos a lo que nos concierne, que es comer y beber de la mejor manera. Beber café de especialidad, tomar Aperol Spritz, ese es el core de nuestro negocio.

En este caso llegamos hasta La Capke, a experimentar su servicio de cafetería, sandwichería, vermutería. Todo esto, en una misma bolsa, que se termina definiendo como un momento de brunch o picoteo variado, con tortas y huevos con palta en la misma mesa.

Realmente en pocas palabras o productos, se puede graficar la felicidad que produce estar un rato en lugares como este, en donde la velocidad se combina con calidad y buen gusto. De arranque nomás, contar con un estacionamiento propio ya eleva la vara de la experiencia.

Café y torta

Como para despertar ordenamos un Doppio ($ 3.000), café doble en tazón para acompañar de una obra maestra con forma de torta: Chocoavellanas ($ 8.300). Se trata de un bizcochuelo húmedo de chocolate, muy suave pero intenso en la persistencia en el paladar.

Está relleno con crema de avellanas, crema de maní, una cubierta de ganache de chocolate negro y maní tostado. La delicadeza es total. El maridaje con el café espumoso, con cuerpo, es lo que el cuerpo necesita cuando pide un poco de choclo adrenalina. Dios está aquí presente.

También ya estaba sobre la mesa el Sándwich Mediterráneo ($ 13.300). Pan ciabatta (masa madre), queso crema, queso pategrás, jamón crudo, tomates asados y rúcula. Es una combinación que no falla, así como el ir y venir entre lo dulce y lo salado.

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Cuando el café se termina, la bebida no puede faltar, por eso ordenamos Aperol Spritz ($ 6.800), suave, elegante, burbujeante, ligeramente dulce y amargo, muy “instagrameable” por su color anaranjado. Es todo lo que está bien sobre la mesa en su copón.

Y acompaña sabores que le quedan de maravillas a su composición: Tostón de Palta ($ 7.800), de masa madre, con hummus de garbanzo, champiñones salteados y palta. El golpe de efecto aquí lo dan los hongos, dejando su terrosa y sofisticada impronta en el paladar.

Por último, Huevos Benedictinos ($ 8.700). Un muffins partido en dos, con queso crema, espinaca, salmón ahumado, huevos a media cocción y salsa holandesa. Un sueño, tal como se detalla en los ingredientes, aunque unos huevos menos cocidos lo elevarían a un pedestal.

Tostón salado en La Capke, de Villa Allende (La Voz).

Baño y despedida

Realmente esta experiencia amerita anteojos negros (o blancos) de carey y una foto en feed. Hablamos de pequeños bocados de moda, bien interpretados, con un servicio correcto en este espacio que también ofrece menús de mediodía.

En un ambiente cuya decoración rompe con lo habitual, que está pensada para sorprender con colores pasteles y gestos demodé, el baño sigue esa sintonía y es muy difícil no sacarse una foto en el gran espejo central.

En fin, muy buena experiencia en esta marca que tiene otras tres sucursales en Córdoba. Sin dudas, La Capke es un gran lugar para tomar café y disfrutar de una torta de alta gama. Y si el brunch llama, hay vermús y “aperoles” esperando maridar la parte salada de la carta, a cualquier hora del día.