La sensación que se genera al entrar a la nueva sucursal de La Mamma es de firmeza, de que estamos en un lugar correcto, en el que vamos a comer bien y nos van a atender mejor, con profesionalismo y sentido de la hospitalidad.
Y en pocos minutos esa sensación inicial cobra sentido, con un salón impecable, reluciente, bien diseñado con espacios que dan al ventanal, con mesas privadas, con mesas para dos y para cuatro, con una decoración que hace referencia a íconos clásicos de la cultura italiana.
¿Y saben qué? Un restaurante italiano bien plantado es todo lo que está bien, porque son los italianos los que le enseñan a comer al mundo. Lo vemos en el cine y en las series, lo vemos en la vida cotidiana en cualquier oportunidad que aparezca. La Mamma transita ese camino.
Caponata
Largamos con un plato del sur de Italia, un clásico antipasto de Sicilia tal como indica la carta: Caponata ($ 9 mil). Es un guisado principalmente de berenjenas, tomates, olivas, cebollas, y en este caso bien dulce con todos sus ingredientes muy chiquititos, en mini-brunoise.
Se cucharea y se complementa con hojas de rúcula amargas y con algunos tomates cherries frescos, también con una copa de sauvignon blanc de Santa Julia ($ 6 mil). Buen ida y vuelta entre las notas vegetales del vino, el amargor de las hojas y la redondez del guisado.
Tema vinos en copa: suma mucho su presencia, pero no vamos a cansarnos de decir que servir las copas de vino en la mesa genera clima gourmet, de seriedad. Todos los vinos tienen una historia que contar y esas historias son las que finalmente diferencian cada experiencia.
Pasta y carne
Luego fuimos a la pasta y pedimos los ravioles de verdura ($ 17 mil), presentados como de “mousse de espinacas y parmesano”, algo que realmente suena muy tentador. Buena pasta, sin sartenear, que puede complementarse con el queso rallado, o no. En este caso sí porque el tomate de la salsa es fresco y de perfil ácido.
Luego pedimos para probar la bistecca de La Mamma ($ 22.500), medallones de lomo en reducción de malbec, acompañados de brócoli y de papas a la crema gratinados. Es un plato bien clásico, también dulzón, como el entrante.
La buena noticia, además del punto de cocción, es que un restaurante con los pantalones bien puestos manda brócoli a la mesa. De eso se trata, de enseñarnos a comer mejor. Esta parte del almuerzo la acompañamos con otra copa ($ 6 mil): Cordero con Piel de Lobo malbec.
Baño y postre
Como todo el restaurante, el área de servicio está correcta en todo sentido. Y, de regreso a la sala, seguimos por el camino de la cocina clásica: crepe de dulce de leche ($ 7 mil). Llega con una presentación muy original, como un plato volador.
El crep está sobre el plato, totalmente desplegado, con dulce de leche debajo, caramelización encima y, como topping, una bocha de helado de crema. Varias texturas y temperaturas para un final dulce más que feliz, como toda esta experiencia en un restaurante que sin dudas sabe perfectamente cómo generar buen clima para el disfrute.
La Mamma
Calificación: muy bueno.
Recta Martinoli 8622, Argüello.
Teléfono (0351) 152-947442.
Abierto todos los días de 12 a 16 y de 20 a 24.
Efectivo y tarjetas (10% de recargo).
