Este lugar está en pleno Centro de Carlos Paz, es imposible no verlo mientras uno da la vuelta al perro o se alista para entrar a ver alguna obra de teatro. Sus carteles anuncian “cabrito”, lo cual es un tema polémico por diversos motivos.
Primero, en Córdoba capital tenemos dos restaurantes dedicados hace 50 a años a hacer cabrito. Y lo hacen bien. Es decir, sabemos lo que es comer un cabrito recién salido del horno.
Y por el otro lado, en las sierras hay muchos restaurantes ofreciendo cabrito. Y la verdad es que lo hacen mal.
Entonces, la cuestión sería tentarse y confiar, o cortar por lo sano, no amargarse, y pasar de largo y comer milanesas de nuevo.
Nosotros como siempre elegimos creer y a la salida del teatro nos abrieron las puertas, bien tarde, tipo una de la mañana, prometiendo cabrito recién hecho. Entramos felices de la vida, por supuesto, pero cruzando los dedos como nunca antes en esta temporada.
Lengua

De entrada nos tentamos con una Lengua a la vinagreta ($ 6.400). La verdad es que tenía una textura perfecta, parecía curada. Suave y delicada como una seda, cortada como fiambre, a máquina, bien prolija y finita. La vinagreta un poco menos ácida le daría más equilibrio.
Se ofrece copa de vino ($ 4 mil) y se acepta, y ahí vamos en busca de nuevas sensaciones luego de este comienzo auspicioso. Estamos en un restaurante popular, bien amplio, con manteles de hule, de mozos con rejilla que sirven el hielo con la mano.
A pesar de ciertas cuestiones básicas sin protocolizar, como siempre el carisma y la predisposición al servicio suman valor y hacen olvidar estos detalles, pero lo cierto es que el ideal sería ir en busca de algo más profesional y cuidado.
Pastas

Para hacer la previa ordenamos Sorrentinos de calabaza ($ 11.900). Se ordenan con salsa mixta ($ 3.300). Lo más novedoso es que aquí los sorrentinos son rectangulares. El relleno poco expresivo, con mucho margen para potenciar su sabor. La masa suave pero sin cocer bien en algunos bordes gruesos. Y la salsa (el tercer componente), deliciosa.
Mientras trabajamos con el pancito para levantar los sabores profundos de una salsa de tomate de larga cocción, mezclado con crema que suaviza esa intensidad y a la vez suma base láctea y untuosa, creando así un nuevo sabor en boca, llega el cabrito. Y obviamente suenan tambores.
El cabrito
Con buen tino nos preguntan qué parte del cabrito nos gustaría probar. La riñonada es nuestro corte favorito, por supuesto, porque hueso y grasa siempre garantizan los mejores bocados en cualquier corte, los “bocados de reyes” como dicen algunos, a los trozos intercostales.
Por fin llega la hora de la verdad. El cabrito aterriza en la mesa. Luce muy bien, llega acompañado de Papas fritas ($ 6.300). Empezamos a trabajar y está algo sequito, pero bien rico. Lo sirven con gajos de limón y con chimichurri, aparte, para que cada uno elija.
Limón y chimichurri ayudan en estos casos a sumar sabores complementarios y sobre todo, humedad. La porción de cabrito cuesta 29 mil pesos y es fundamental que, por este precio, se sirva algo a la altura. Si no se puede, mejor ni ofrecerlo.

Baño y postre
Antes de lo dulce vamos al baño, que se encuentra bien equipado, pero necesita un aromatizador de manera urgente. Volvemos y esta nuestro Flan ($ 5.900). El extra de dulce de leche o crema cuesta $ 3.000 más, y va sumando a la cuenta.
Es un buen flan, tal vez el más oneroso de la temporada, pero se deja comer con una textura dócil, bien ligera. Una caramelización perfecta encima y un complemento de caramelo líquido como base del plato que, sin dudas, hace cucharear hasta el último milímetro.
En fin, por suerte Tío Osvaldo cumplió con lo que se esperaba.
Tío Osvaldo
Calificación: bueno
Leandro N. Alem 20, Carlos Paz.
Teléfono (03541) 152-81918
Abierto todos los días desde las 12 y desde las 20.
Efectivo y tarjetas