Diego Luna es colombiano. Y no sólo colombiano, sino más específicamente del llamado “eje cafetero”. Por eso no llama la atención que, al hablar de su nueva cafetería, uno de los temas que toca es la desigualdad en materia de ingresos que sufren quienes se encargan de cuidar y recolectar los granos para que el resto de la magia suceda.
Nacido en la ciudad de Armenia, en el departamento de Quindío, creció rodeado de café, y su propia familia estaba vinculada a la producción de ese fruto que hoy es sinónimo de placer global. Sin embargo, tuvo que instalarse en Córdoba para encontrarse de lleno con una vocación que, aun desde el inconsciente, de alguna manera lo acompaña desde sus raíces.
“Por cosas de la vida llegué a Argentina con 18 años y encontré trabajo como mozo. Ahí, mientras servía los cafés, me di cuenta que tenían un dibujito. Cuando le pregunté al barista, él me explicó que lo hacía calentando la leche, pero yo me imaginaba que dentro de la jarra había un aparato”, explica Luna en la vereda de Parce Café Estudio, su flamante emprendimiento.

Según él, ese fue el comienzo. Después vinieron los videos de YouTube, los primeros cursos, una formación cada vez más específica y hasta su propio tostadero, que durante la pandemia se estableció como una opción con clientela estable en Córdoba. También pasó por diferentes cafeterías, se convirtió en capacitador y tuvo responsabilidad plena a la hora de convertir una estación de servicio de las afueras de la ciudad en un punto de referencia para tomarse un americano o un cortado a punto caramelo.
Una década y media después de aquel primer encuentro con el llamado arte latte, y en sociedad con Juan Mishima, Luna acaba de abrir su primera cafetería. Se trata de un espacio de encuentro para los amantes de la bebida y la cultura generada a su alrededor, que incluye además la posibilidad de conocer en primera persona a este entusiasta de los buenos momentos.

Choque de oportunidades
“Todo fue muy empírico al principio, hasta que conocí a Alexis Sabogal. Cuando hice el curso con él me di cuenta de que el café era otro mundo. Ahí me empecé a meter en el rollo y a investigar mucho”, dice Luna, que en 2015 comenzó a trabajar en Festo, lugar en el que desarrolló sus primeras armas cuando el café de especialidad era algo todavía ajeno a la moda.
Allí, el colombiano empezó a hacer lo que más le gusta: difundir las posibilidades del café a través del contacto directo con los clientes. “Yo juego mucho con la practicidad, con lo que vives en el día. Si te tomas una sopa muy caliente, no le vas a sentir sabor. Pero si la dejás reposar por determinado tiempo, le vas a empezar a sentir el sabor a X o Y ingrediente”.
“Había que empezar a transmitir eso y se formó una comunidad de baristas, que éramos cinco o seis como mucho, que nos encargamos de dar esas bases para lo que hoy en día sucede acá en Córdoba”, recapitula antes de contar su encuentro con el local que lo estaba esperando para fundar su propio negocio.

Luna cuenta que, dos años atrás, mientras paseaba con su perro, se encontró con el Pasaje Comercio, un callejón céntrico que muchos transeúntes habrán ignorado múltiples veces, pero que tiene una ubicación privilegiada: a metros de las torres Capitalinas y en el límite del centro de la ciudad de Córdoba.
“En esta calle debería haber un buen café”, pensó Luna, que se dio cuenta de una combinación poco habitual: “Hay edificios, hay un ministerio (el de Infraestructura y Servicios Públicos), transita gente, es lindo y es tranquilo”. Así, durante casi dos años Luna pasó por allí de manera habitual, hasta que se animó a hablarle a la dueña del estudio fotográfico que él veía como el lugar ideal para instalar su proyecto.
Dos meses después, recibió el aviso de que el local quedaba vacante y lo alquiló sin dudarlo.
El contacto con la gente
Uno de los objetivos de Luna era huir del lugar común de los cafés de especialidad. Al abrir su propio espacio, quería darle una impronta que, según su visión, parece haberse diluido en un ámbito en el que las cafeterías se han vuelto tema de conversación y motivo de competencia feroz.
“Yo quiero generar tranquilidad, que es lo que te debe generar el café: un momento de descontractura del día”, explica Luna, que también es un fanático de la música y optó por incorporar un atractivo melómano a Parce: la posibilidad de escuchar vinilos in situ, curados por él mismo y “servidos” como una buena taza de la infusión perfecta.

Además, Luna entiende que su rol como divulgador es clave para generar esa empatía con quien se acerca a buscar una bebida reconfortante. “La experiencia la debe transmitir uno con su conocimiento. Acá, por ejemplo, hasta el momento no tenemos carta. Yo le pregunto a la gente cómo le gusta el café”, sintetiza el barista.
Esa costumbre la desarrolló sobre todo en la que fue su última experiencia detrás de una barra antes de abrir las puertas de Parce. Hasta comienzos de 2025, Luna trabajó en una estación de servicio de la avenida La Voz del Interior que transformó en una sucursal del buen café.
“Desde el primer día me propuse la misión de convertirla en un punto de referencia. Cuando llegué vendían 50, 60 kilos por mes, cuando me fui estaban vendiendo 170 kilos. El consumo aumentó muchísimo y me volví muy popular ahí. Mucha gente hoy en día me conoce por lo que hice en la estación”, suelta con orgullo.

“Aprendí mucho del cliente ahí. Uno juzga muchas veces a alguien que no sabe de café, ¿pero quién le ha explicado? Nadie. A mí vienen y me hablan de vinos y no sé nada. Lo único que sé es tomarlo”, agrega para ejemplificar su visión sobre el arte de hacer y compartir los secretos del café.
“Quiero que en Parce se encuentren las diferentes facetas de la gastronomía”, explica Luna, que busca consolidar a su espacio como una instancia de reunión, y formación, para interesados y profesionales del rubro.
“Creo que es el comienzo de una nueva historia en mi vida. Siempre quise tener un café y nunca tuve los medios. Y en el momento en que pude, me propuse hacerlo con una buena idea, no simplemente poner un café y ya”, señala. Y como si estuviera añadiendo la espuma para la decoración final de la taza, deja caer: “Lo que yo quiero es que le guste a la gente y que se sientan tranquilos”.

Para ir
Parce Café Estudio está ubicado en Pasaje Comercio 467. De lunes a viernes, de 7.30 a 19. Sábados y domingos: de 9 a 13 y de 16 a 20.