Es la bebida del momento, aunque tiene una antigua historia por detrás. Originaria de Italia, el vermú se ha convertido en el cóctel preferido de los argentinos que buscan una bebida fresca, con aromas y sabores a hierbas, especias y con bajo alcohol.
Hay bebidas que marcan épocas y costumbres, que viajan por el mundo llevando un mensaje, que se meten en lo más profundo de la tradición cultural, que forman parte de la vida cotidiana por generaciones, que son un orgullo nacional y una manera de vivir la vida. Puede parecer exagerado, pero es así. Y nada mejor que el vermú, vermut o vermouth para demostrarlo.
El vermú es una bebida a base de un 75% de vino que luego es macerado con hierbas y especias, se le agrega un licor seco y algún endulzante (almíbar o mosto de uva).
Breve historia del vermú
Ya los griegos lo elaboraban, pero en su modo moderno nació en Italia de la mano de Antonio Carpano en 1786. O sea, es una bebida que lleva más de 240 años refrescando los paladares del mundo entero, porque desde Italia viajó a todos lados convirtiéndose no sólo en una bebida disfrutable por sí misma, sino en el componente esencial de la mayor parte de los tragos.
Juan Luciani, brand ambassador de Carpano en Argentina, señala que cinco de los 10 tragos clásicos de la coctelería del mundo llevan vermú. “Es una bebida muy versátil y llena de virtudes. Además de los componentes herbales y cierto dulzor que lo hacen adecuado para mezclar, la difusión actual del vermú se debe a la tendencia a tomar baja graduación alcohólica. El típico vermú estilo Torino como el Carpano es un vino aromatizado y especiado con un dulzor especial, es una bebida intensa que, combinada con soda y mucho hielo, te ofrece mucho sabor, frescura, placer y poco alcohol, algo que celebramos como esencial”.
La explosión actual del vermú en Argentina se debe a varias razones. Por un lado, siempre se tomó esta bebida que llegó de la mano de los inmigrantes italianos y se instaló en cada pueblo como una manera de hacer una pausa y disfrutar de la vida, el famoso dolce far niente.
Por otro lado, el componente esencial del vermú es vino, nuestra bebida nacional predilecta, y de acuerdo con el tipo y la calidad de vino se logran diferentes sensaciones. Además, va bien con soda, otra pasión nacional.
Más allá de que la fama internacional del vermú se deba a tragos como el Negroni, el Manhattan o el Americano, la compañía de hielo, soda o tónica, con algún toquecito de naranja o pomelo, ramitas de tomillo, romero o cedrón, lo hace maleable a variantes adecuadas a cada gusto.
Córdoba se ha transformado en algo así como la capital nacional del vermú. No sólo porque en los pueblos nunca se dejó de tomar, sino porque la pasión por el vermú ha ido ganando los bares y los restaurantes de la ciudad.
Tan es así que desde hace un par años en Córdoba tiene lugar la feria Vermutazo, la más grande de Argentina dedicada a esta bebida, que reúne a más de cincuenta marcas que elaboran vermú. Durante el año, hay muchos bares que ofrecen una gran variedad de vermú para disfrutar y encontrar el que mejor quede en el paladar de cada uno.
Aquí, dejamos algunos vermús que se pueden probar en los bares de Córdoba para disfrutar a pleno esta bebida y elegir algunas para compartir antes o durante cualquier comida.

1. Carpano Rosso
El rey de los vermús. Por ser el primero registrado de manera comercial en 1786 y haber marcado la historia de la bebida. Hay registros de que el primer vermú lo hizo Hipócrates en la antigua Grecia, macerando flores de ajenjo y hojas silvestres en su propio vino.
Al principio, fue una medicina, hasta que en siglo XVIII el señor Antonio Benedetto Carpano empezó a comercializar en Turín un vino fortificado con más de 30 botánicos que sedujo a los reyes y se esparció por el mundo. Traída la costumbre por inmigrantes italianos, se impuso rápidamente como el aperitivo predilecto.
En homenaje a la bebida, la marca creó en Argentina la Carpano Week, que recorre por estos días más de 400 bares y restaurantes del país para celebrar la riqueza del vermú.

2. Tremendo Vermú Blanco
El vermú es una composición de vino macerado con hierbas aromáticas y especias, y luego algún tipo de edulcorante y alcohol. Claro que cada fabricante tiene su receta secreta. Mateo Ponce de León y Gabi Gorné usan como vino base un sauvignon blanc exótico del Valle de Traslasierra, logrando un vermú seco, filoso, pensado para tomar puro, con un poco de hielo y una piel de limón o de naranja.
Las marcas artesanales han impuesto el toque de lo diferente y con eso han enriquecido la cultura del vermú. Vale hacer una cata buscando el estilo más adecuado a cada uno.

3. Sin Apuro Slow Wines Vermut de Isabella
Eduardo Scotti tiene su propio emprendimiento de vinos en Mendoza, pero su temperamento inquieto y su amor por Córdoba lo llevó a hacer locuras, como instalar una bodega en plena ciudad y a la vista de todos, elaborando vinos con uvas de las diferentes regiones cordobesas.
En ese proyecto llamado “Slow Wines”, encontró un tesoro: la uva isabella, de Colonia Caroya, que se ofrece como una uva exótica y atractiva para hacer vermú, atemperada con un toque de hierbas serranas. Vino criado en ánforas, endulzado con mosto de uva al estilo francés, es un vermú bien cordobés para disfrutar en todo momento.

4. Guardianes del Cerro Bodega Durigutti
La tentación de hacer un buen vermú se ha expandido por todos lados y hasta las bodegas importantes se desviven por hacer un buen vermú. Los inquietos hermanos Pablo y Héctor Durigutti no se quedaron atrás y elaboran dos versiones, que bendicen la entrada en los menús del excelente restaurante de la bodega en Mendoza, que logró el año pasado la codiciada estrella Michelin.
El refinamiento del vermú proviene del vino base elaborado con uvas propias de la variedad pedro ximénez en el blanco y cordisco en el tinto, siempre buscando la conexión con los orígenes italianos y con las cualidades de las uvas que marcan algo diferente.

5. Gata Maula Vermut Rosso
El vermú forma parte de la cultura del descanso, de la charla, de la amistad, de la lentitud necesaria de la vida. El vermú es tan versátil que permite adaptarlo a cualquier momento o situación.
Su bajo contenido de alcohol, que además puede ser mitigada con la infaltable soda, otro producto heredado de Europa y que en Argentina amamos. Este vermú cordobés es a base de malbec de Calamuchita y forma parte del proyecto de la vermutería del mismo nombre que hace todo lo posible por difundir la cultura del vermú desde el centro de Córdoba.

6. Lorenzos Vermut Tinto
El vermú es un clásico familiar de los domingos y siempre estuvo presente en las mesas argentinas. La aceptación de esta bebida llevó a muchas familias a elaborar su propia maceración de vino con hierbas. Algo de eso hay en la cantidad de fanáticos que hacen su propio vermú.
Por ejemplo, la Cervecería Fermentum hace esta versión con vino de uvas tintas de Colonia Caroya que logran un efecto de sabor más que interesante. Fresco e intenso, va bien con todo: papas fritas, asado frío, cebolla caramelizada, pizza, aceitunas. Lo que venga queda bien con el vermú.
La pasión por el vermú está en auge y eso ha llevado a numerosos especialistas a hacer su propio vermú. Desde Alejandro Vigil a Tato Giovanonni, muchos han caído en los encantos del vermú.
Este año se han presentado novedades como el de la tradicional bodega Familia Crotta, que lanzó un vermú tipo Torino con uvas moscatel y pedro giménez macerado en barricas de roble.
Otra novedad importante es la que lanzó Mosquita Muerta Wines y Casa Tapaus, la destilería más galardonada del país, que lanzaron el flamante Cordero con Piel de Lobo Rosso, un vermú fresco, complejo y con una personalidad única.
La bodega Alpamanta sorprendió con una versión a partir de uvas biodinámicas. Pionera en hacer vermú premium en Argentina fue la destilería La Fuerza, y ahora innovan lanzando una edición en lata lista para beber.
En Córdoba, la bodega artesanal Patente X lanzó su “vermú de barrio” con uvas de Colonia Caroya, siguiendo el antiguo método italiano. Un asombroso mundo de sensaciones que va acaparando adeptos.