Hay una zona gris desde La Falda a Cosquín por lo menos, por la ruta 38. No es fácil encontrar algún tipo de servicio gastronómico que no sea una tradicional parrilla rutera. Por eso cuando vemos el cartel que dice “bodegón” o “churros”, el freno se activa con las papilas gustativas.
Siempre son bienvenidos los datos para salir a comer. Hay mucha gente en las Sierras y, además, los cordobeses generalmente estamos al salto por una escapada. En este caso, paramos a investigar a esta propuesta autodenominada “bodegón”, con todo lo que eso significa para un argentino.
Un bodegón en la Argentina es un lugar que debe presentar comidas populares potenciadas por la generosidad y la mano de un experto en los fuegos. Ese profesionalismo en sabores conocidos, además, va acompañado siempre de un precio accesible.
Entradas
Entramos y hay una familia prestando servicios. El padre en los fuegos junto a una ayudante y madre e hija en el servicio. La especialidad de la casa es la cocina al disco y en este mediodía hay pocas opciones para entradas y principales.
De entrada, Empanadas fritas ($ 1.200). De osobuco al disco y de pescado (carpa). Dos opciones más que originales. La primera porque es un corte que no termina de prender en los restaurantes y la segunda porque es una materia prima original, de pesca de tinte regional.
La verdad, la fritura se deshace en la boca, es liviana y rica. El relleno de la de carne está bien definido y arroja notas ahumadas, con huevo, verdeo, zanahoria. La de carpa es de sabor suave, con contrastes de pimiento amarillo y rojo. Buen comienzo (sube la expectativa).
Principales
De principales había dos opciones. Milanesa frita ($ 8 mil) y osobuco al disco ($ 10 mil), en ambos casos con papas fritas caseras, un plus que siempre suma. En cuanto a las milanesas, podríamos describirlas diciendo que son estándar.
Esto significa que es una milanesa que cualquier persona puede hacer en casa un martes al mediodía. El precio es accesible pero no tiene ese plus que uno espera de un servicio que ofrezca un establecimiento especializado.
Podría ser un espesor diferente, un doble rebosado, un corte fuera de lo común. En cuanto al osobuco, podemos decir que es un plato que aporta sabores pronunciados, con mucho pimiento y cebolla, zanahoria, y una cocción en vino tinto.
Aquí también se puede jugar más con la presentación, con el espesor o la textura de la carne (más horas de cocción significa más terneza). Algo para corregir en ambos casos: se deben limpiar bien las piezas de grasas laterales para no incomodar la experiencia (en plato y boca).
Baño y postre
Toda la estructura del restaurante es rústica, madera, troncos, incluyendo el baño. Se presentó con jabón líquido pero no toallas descartables, y es algo que se debe revisar siempre antes del servicio, para no dejar libradas incomodidades al azar.
De regreso ya está en postre sobre la mesa: Lemon pie ($ 5 mil). Una porción súper abundante, con una estructura algo húmeda en la capa inferior y rígidas en las capas superiores. En cuanto a los sabores, tímidos, en voz baja cantando su canción.
En fin, en principales y postre se puede decir que hay margen para elevar la vara de la Ruta 38. Probando y trabajando detalles en las materias primas y texturas, también se modifican los sabores y las experiencias globales con la comida.
Aquí sobra la buena voluntad y en un tiempo habrá que volver a probar.
El Bodegón de la 38
Calificación: regular
Dirección: Araucaria 781, Casa Grande, Punilla.
Abierto todos los días de 8 a 21.
Teléfono (03548) 155-65093.