En bulevar San Juan, en 1983, un joven herrero llamado Miguel Alterio, compró un fondo de comercio de un pequeño local gastronómico y se puso a cocinar lomitos por primera vez en su vida. Nunca imaginó lo que pasaría tiempo después.
El local se llamaba Betos porque sus dueños se llamaban Norberto y Alberto, y eran “los Betos” que dieron origen al nombre. Y hasta 2025 pasó de todo; Miguel ya no está entre nosotros y la marca es una cadena bien plantada con presencia nacional.
Es empresa familiar, siempre lo fue, con 65 locales a cargo. Gabriel Colombero es hoy el socio gerente y administra todo junto a su hermana Adriana y Juan Carlos Alterio, el hermano de Miguel.
Adriana era la esposa y todos lamentaron la pérdida del fundador en un asalto a mano armada en 1993, apenas 10 años después de haber dejado su taller de herrería para dedicarse profesionalmente a la gastronomía.
“Miguel compró el local en octubre de 1983, en San Juan 322. Dejó el taller de herrería que tenía junto con el padre y sus hermanos y se largó a cocinar recién cuando compró el local. El negocio era de unos sanjuaninos, Alberto y Norberto creo, dos Betos. Miguel nunca le cambió el nombre y le dio para adelante”, cuenta Gabriel.
Y sigue: “Lo compró así como estaba y no le cambió nada. Y se largó haciendo de todo: era mozo y gerente de compras, lavacopas, cocinaba, llevaba, traía, hacía de todo”.
Fan de 348
La de Betos es una historia de emprendedores sin dudas. Según cuenta Gabriel, le gustaban los lomitos de 348 y “empezó haciendo sándwiches para amigos y estudiantes de la zona, siendo parecidos al 348, que era el único referente de la época”.
–¿Cómo fueron esos primeros años?
–Le fue bien y en 1986 se mudó a la actual dirección de bulevar San Juan, que acabamos de remodelar al 100 por ciento. Y allí también se anexó la parrilla en 1988, en San Juan 450. En esa época lo único que se vendía era el lomito en su única variedad de carne de lomo de vaca, después empezamos a innovar.
–¿Y vos cuándo te sumaste?
–Yo era amigo de Miguel Ángel, estudiaba contaduría y administración. Y estuve desde el principio como administrativo externo. Tiempo después me pidió que me sume al equipo interno. Le fue bien, abrimos parillas, shoppings y ya había mucho trabajo. Acordamos que lo mejor era que me sume a la empresa puertas adentro y me dedique 100 por ciento a Betos.
–¿Qué cambiaron desde la receta original?
–Nada. O sí: el pan se mantiene pero obviamente por la cantidad se tuvieron que hacer mejoras; también a la mayonesa. Una cosa es cuando hacés pan y mayonesa para un solo local y otra cosa es cuando tenés que hacer para 65. La cosa cambia, es complicado. El pan se hace en cada provincia y siempre tiene que estar esponjoso, con la costra uniforme, en todos los tamaños. Es un pan neutro y firme que acompaña y sostiene el sándwich, que viene cargadito.
-¿Qué otros lomitos se fueron sumando?
–Fuimos agregando variedades con pasar de los años: pollo, cerdo, vegetal, americano, mex, chimi, americano, árabe etc. También se agregó la cajita infantil para los niños. Diversificamos, hay más variedades y cada uno come lo que más le gusta. El de carne siempre es el más vendido igual. Y obviamente seguimos usando lomo por supuesto, nos abastecemos con muchos proveedores que nos aseguran tener siempre en stock. Las compras grandes las hacemos en frigoríficos nacionales.
La cadena
–Sobre la cadena Betos: ¿en qué momento vieron que era posible armar el sistema de franquicias?
–A partir de 1997. Ahí fue cuando empezamos con franquicias porque empezó a expandirse la ciudad, la necesidad de estar en varios puntos cardinales nos obligó a expandirnos. En ese momento ni Mc Donald´s estaba en Córdoba. Hicimos una capacitación en Buenos Aires y largamos, adecuando a nuestra forma al modelo de franquicia internacional.
–¿Qué pasó con la parrilla?
–Es más complejo. Se necesitan buenos parrilleros, se desperdicia mucha carne, los puntos de cocción son más complicados. En la lomitería se estandarizá más y es más fácil de administrar sin estar tan encima.
–¿Cuál es el local que más vende después de los cordobeses?
–La que más vende en Córdoba es la del Nuevocentro Shopping, que está desde 1993. Y cuando te vas de Córdoba la que más vende es la de Buenos Aires, en la de Unicenter en San Isidro. Tercero estaría Neuquén y después los demás: tenemos locales en Jujuy, Salta, Santiago, San Luis, Catamarca, Chubut, Santa Fe y más. Hasta una en Paraguay.
–¿Cuál es el proyecto para los próximo 40 años?
–Seguir siendo una empresa familiar y la proyección es seguir manteniendo la marca y avanzar con locaciones importantes en buenas ciudades, buenos shoppings, porque no tiene sentido abrir por abrir. Yo me tengo que asegurar estar en una ciudad de no menos de 200 mil habitantes y un shopping que se mueva, sea de barrio o del Centro, pero que tenga un movimiento de mediano para arriba.