Pasado el furor por los Oscar y sus películas de prestigio, el comienzo del año suele estar reservado a los tanques pochocleros, esos filmes sumamente disfrutables pero olvidables una vez que salimos de la sala. Si bien seguimos en pandemia y muchas de las promesas fuertes (Top Gun, James Bond, por mencionar un par en gateras) todavía no han visto la luz, una que venía a destrabar el año covidoso en ese género era Nobody (Nadie).
Lo más interesante de esta nueva cinta de acción es que tiene al actor Bob Odenkirk en el rol de un contador tristón que es, en realidad, una máquina-de-matar-ociosa a la espera de la excusa perfecta que lo ponga en actividad.
Para los que hemos disfrutado el universo de Breaking Bad y de Better call Saul en la televisión, Odenkirk representa al personaje extravagante, cómico, caricaturesco de un abogado, muy alejado de un héroe de acción como los que conocemos desde los 1980 a esta parte. Y convengamos que el actor cumple en este nuevo papel, no se nota forzado.
Sin embargo, no deja de ser una gran inspiración de historias que ya hemos visto un centenar de veces, sin ir más lejos, en la saga de John Wick y con mejores coreografías.
Allí es donde justamente reside el problema que quizás se puede extrapolar a todo el género. ¿Cuál es la necesidad de poner a un actor sumamente ligado a la dramedia en este tipo de apuesta? ¿Dónde están los Tom Cruise, Keanu Reeves, The Rock, Jason Statham, Liam Neeson, Bruce Willis, Arnold Z, Linda Hamilton, Angelina Jolie, y demás, que sabemos pueden sacar adelante un proyecto del estilo?
La respuesta es: haciendo más secuelas de las franquicias que venimos viendo desde los 1980 a esta parte. El género hace rato entró en un eterno loop de autorreproducción, con las mismas caras envejeciendo en el mismo rol.
Entonces, la otra duda que surge para romper ese hechizo es: ¿dónde está la nueva generación de actores que podría retomar el desafío? ¿Quién podría ser el nuevo Keanu Reeves en la Matrix de la década de 1990?
Se puede pensar en Tom Holland, Timothée Chalamet, Chris Hemsworth, pero casi todos están en películas de superhéroes, y uno los puede imaginar quisquillosos, no queriendo encasillarse.
¿No hay nuevas ideas? ¿No hay nuevos artistas? Los que amamos el género ¿estaremos condenados a ver siempre lo mismo? ¿Con los mismos?
Si Bob Odenkirk devenido héroe de acción es lo más posmoderno a lo que podemos aspirar, entonces la respuesta a la duda sobre quién será el próximo Neo de Matrix quizás resida en el mismo título de la película en cuestión aquí: Nadie.
