Una de las ideas más instaladas de la buena moral defiende el interior de una persona frente a la apariencia: “lo importante es lo de adentro”. Por conveniencia, no nos detenemos a decir importante para quién, para qué ni por qué. Fashion neurosis es un ciclo que cuestiona esa supuesta frivolidad de lo externo en el caso particular de la moda.
Fashion neurosis (disponible subtitulado en YouTube) es una creación de Bella Freud, diseñadora de moda británica bastante exclusiva, con un apellido que explica el núcleo de este pódcast. Es hija del artista Lucian Freud y bisnieta de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. Esa herencia se reúne en un producto bastante singular: un invitado se recuesta en un sillón que hace de diván y la anfitriona emula a su bisabuelo en la indagación psíquica.
Las preguntas que Freud prepara para cada “sesión” se orientan hacia la vestimenta, y la primera siempre es la misma: “¿Podrías decir qué tenés puesto hoy y por qué lo elegiste?”. Así empieza el tironeo de asociaciones que terminan en un lugar inesperado: algunos confiesan que salieron apurados, otros cuentan una historia detrás de un accesorio e incluso la exagerada indecisión que suelen atravesar frente al espejo.
Luego Freud avanza con otras preguntas de gran peso estético y emocional como, por ejemplo, si de chicos vestían ropa nueva o heredada, quiénes los impresionaron por su look, cómo incorporaron el concepto de glamour y elegancia. A lo largo de 21 episodios, esas preguntas fueron respondidas por personalidades como Nick Cave, Cate Blanchett, Karl Ove Knausgård, Kate Moss y Zadie Smith.
Como te ven te tratan
Fashion neurosis logra el clima íntimo y acogedor de una sesión psicoterapéutica. Hay una cámara que captura lo que Freud no ve: el rostro del invitado y sus expresiones. Los espectadores asistimos a un formato inusual de entrevista, en el que conocemos a alguien a través de la exploración de su inconsciente, sin olvidar que la apertura es limitada por estar pensado para un público.
La postura misma que exige el diván predispone a los invitados a perderse en sus razonamientos para encontrar algo nuevo. Sus rostros se iluminan cuando entienden que negarse a usar la ropa de sus hermanos mayores escondía un desafío a la autoridad parental, y cuando se preguntan por qué no se animan a cambiarse el color de cabello que tanto detestan.
Después de la sinuosa búsqueda de respuestas, los invitados se problematizan a sí mismos al encontrar una conexión entre las emociones y los colores, texturas y formas que median entre ellos y otros.
Ser y parecer
No importa si se trata de modelos, actores, escritores, artistas plásticos o DJ, todos los invitados de Fashion neurosis entienden como fundacional el momento en el que decidieron un estilo o una estética para hablarle al mundo. No tiene que ver con alfombras rojas ni colores estridentes, sino con establecer una identidad. Para muestra vale el desglose que realiza Nick Cave de los sentidos que encierra su identificación con un tipo de traje.
Como todos tenemos el mismo aparato psíquico, es difícil no contagiarse con lo que sucede en cada episodio. No todos podemos sentirnos interpelados con preguntas del estilo “¿Cómo fue ganar tu primer Grammy?”, pero sí animarnos a pensar, por ejemplo, si somos una persona que utiliza la ropa para manipular la mirada ajena o una persona que utiliza la ropa para evitarla.
Las categorías “adentro” y “afuera” que se emplean para describir a las personas no deberían admitir connotaciones morales que polaricen el análisis en bueno/malo, profundo/superficial. Fashion neurosis no invierte esta carga valorativa, sino que apuesta por un movimiento pendular entre esas dimensiones, en el que una siempre me devuelva a la otra.