La pubertad es un proceso biológico y monstruoso. Es un nacimiento doloroso que exige una muerte; es la aparición de un cuerpo y de una mente nuevos, sometidos a fuerzas desconocidas.
Tal vez por la naturaleza de este proceso ineludible es que Virginia, la protagonista y narradora de Historia natural, de Marina Yuszczuk, decide contar su historia con 12 años.
A lo largo de la novela, Virginia intenta comprenderse al mismo tiempo que intenta comprender a su familia. Es hija de Francisco P. Moreno, un nombre ilustre en la historia argentina que colaboró en la delimitación del territorio nacional.
Desprendido de sus obligaciones parentales, encaró titánicos proyectos científicos y políticos que le valieron reconocimiento político y el amor incondicional de su hija.
Virginia está sola, custodiada apenas por la cocinera. Su madre vive en la cama por la depresión de haber perdido hijos y embarazos; sus hermanos viven en el extranjero; su padre apenas recuerda su existencia.
Le encanta vivir en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, flamante capital bonaerense, donde recorre sus vitrinas, conversa con antropólogos, arqueólogos y empleados, mientras admira las enormes colecciones que su padre ha procurado para el país.
Su apacible rutina se interrumpe cuando a instancias de su padre una familia de indígenas se muda al museo.
Son pura extrañeza para Virginia: sus cuerpos, sus rostros, su lengua y sus rituales son una presencia ominosa e irresistible. Esas presencias tensionan el espíritu científico heredado de su padre al introducir de manera salvaje el sexo y la muerte en su vida.
Yuszczuk crea un personaje con una voz en el ocaso de la niñez, erudita y fantasiosa, obligada a la introspección por su soledad.
Es la voz de quien mira el mundo como a las exposiciones del museo, en sus detalles y con asombro; de quien se angustia ante el vacío que produce la ignorancia y se frustra ante los límites de su conocimiento.
En consonancia, la prosa es sutil, precisa y arrastra esa delicadeza de los modales pudorosos de fines del siglo XIX que esconden codicia y podredumbre.
La autora abreva en la historia argentina y la abandona en una narración por momentos gótica que se apropia del binomio civilización-barbarie que cimentó la literatura nacional decimonónica.
La protagonista encarna el entusiasmo y las contradicciones de una época que asiste a la consolidación de un proyecto de nación, de delimitaciones no siempre justas, de un progreso conservador, de un optimismo ciego y cruel.
Como eco de la figura del padre de Virginia, Historia natural se despliega a lo largo del intento por apresar la frontera esquiva de lo natural, de esa fuerza autónoma e inexplicable que destruye todo equilibrio.
La imposibilidad de establecer esa frontera desata los pasajes más logrados por su perturbadora excitación.

Para leer Historia natural
Autor: Marina Yuszczuk.
Editorial: Blatt & Ríos.
Año: 2025.
Páginas: 288.