“¿Es la posición heterosexual de la mujer una herencia retrógrada que se carga como un peso a pesar de todas las marchas feministas? ¿Cómo se puede pensar el deseo heterosexual en un territorio más allá del principio de la diferencia, cómo circularían los cuerpos y las palabras? ¿Cómo y qué formas del deseo y del placer circularían en la comunidad que imaginamos?”.
Esas preguntas cierran el ensayo La posición del deseo (editorial Los Ríos), en el que Natalia Lerussi, doctora en Filosofía e investigadora, indaga acerca de cómo se construyó en el discurso filosófico europeo moderno la génesis del principio de diferencia sexual que dio origen a la mujer (cis) heterosexual. Para eso, lee y relee la obra de Jean-Jacques Rousseau.
Rousseau, destaca Lerussi, era una rara avis entre los filósofos varones del siglo XVIII, que entendía que la mujer no era necesariamente un objeto de deseo de los hombres, sino que se definía por su propio deseo. Esa idea, bastante singular para la época, no está, sin embargo, exenta de algunas interpretaciones sesgadas del mismo Rousseau, como la que sostiene que la identidad de las mujeres se definía por la restricción de ese deseo.
Lerussi subraya a Rousseau, le hace preguntas, avanza, vuelve atrás, marca contradicciones. Y, sobre todo, se planta en aquellos equívocos sobre los cuales se han construido algunos lugares comunes en torno al rol de las mujeres en la familia, en el Estado, en la maternidad.
Lerussi no fuerza los textos con una lectura anacrónica, sino que viaja a través de una lectura que analiza operaciones argumentativas, incluso con las mismas reglas con las que fueron concebidas en su tiempo.
En el devenir de esa relectura, con citas y cruces con otros autores y autoras, se van iluminando y desmontando esos lugares comunes, como quien avanza por una casa a oscuras encendiendo, de a una, las luces de las habitaciones. Y, en ese movimiento, se cristaliza una manera de entender cómo llegamos hasta donde estamos.
¿Por qué es pertinente volver tan atrás para entender cómo en pleno siglo 21 se construye la imagen de las mujeres? Porque en ese nudo, en el entendimiento de su origen, quizá está la clave para empezar a desatarlo. Dice Lerussi: “El principio de la diferencia sexual debe ser superado, pero esto no significa que no rige más, que podamos inventar un punto de partida cero de nuestras maneras de habitar el mundo. Una reelaboración honesta del deseo no puede hacer borrón y cuenta nueva. Una superación del principio de la diferencia sexual, en sus propios términos, como teoría de la potencia, debería fundar una nueva concepción del amor”.
- La posición del deseo. Génesis de la mujer heterosexual. Editorial Los Ríos. 110 páginas. $ 16.300