Superado el tiempo en que las novelas abordaban Los Grandes Temas con soberbios escenarios, se encuentra esta época, en la que esos mismos temas se abordan desde el minimalismo de un personaje con su entorno inmediato.
Tal vez por eso ante la literatura del siglo XIX el alter ego de Sigrid Nunez diga en Los vulnerables que la novela tradicional ha perdido su lugar.
En un tono apacible y sin perder precisión en la observación, la protagonista discurre sobre Los Grandes Temas desde sus vivencias y recuerdos. El funeral de una amiga reúne a un grupo de mujeres de la tercera edad para hablar de la maternidad, del arte, del matrimonio, de cómo ser mujer. Cada una toma la palabra con una coloratura propia que ahorra al lector el tedio de leer una obra de máximas sobre la vida.
El presente de la narradora es la pandemia, un extraño paréntesis que la condujo a la aceptación de vivir durante meses en un lujoso departamento de amigos de una amiga para cuidar de un guacamayo. Su rutina quedó reducida a gratificantes paseos por una Nueva York fría y desértica, jornadas de juegos con un ave bastante inteligente, algo de lectura y algo de escritura.
Justo cuando su rutina parecía alcanzar un placentero equilibrio, se vio obligada a convivir con un hombre mucho más joven que había abandonado la universidad y no necesitaba trabajar, gracias a la fortuna de sus padres.
Esa interrupción encauzó las reflexiones de la narradora hacia la soledad, la amistad y la vejez, así como los cuidados del guacamayo la invitaron a pensar en el afecto hacia los animales: “No es realmente amistad, sino la eliminación de una barrera de miedo, y una familiaridad que permite una mayor intimidad”.
La constante en Los vulnerables es la literatura como profesión, como arte, como prisma vital. El alter ego de Nunez se pregunta por qué los personajes femeninos de la literatura actual son excepcionalmente inteligentes, con una gran personalidad y una moral intachable; por qué no hay escritores y escritoras dispuestos a construir una Anna Karénina o una Emma Bovary.
Y tal vez más adelante se responda a sí misma cuando afirma: “Hoy en día el escritor me parece cada vez menos un artista creativo y más un político: siempre evasivo, obsesionado con la interpretación”.
Muchas de sus preguntas y sus pocas respuestas surgen de las obras citadas o referenciadas, voces prestadas que avivan y relativizan sus reflexiones. La voz de Los vulnerables encarna la madurez de quien sabe que no hay nada garantizado, sino solamente algunas certezas que sufren los embates de la novedad.

Para leer Los vulnerables
Autora: Sigrid Nunez
Editorial: Anagrama
Año: 2024
Páginas: 208