Fernando Redondo se ganó un lugar en la historia del fútbol gracias a su talento para manejar la pelota y su visión de juego elegante. En el Real Madrid vivió sus años dorados: conquistó dos UEFA Champions League, dos Ligas de España, una Copa Intercontinental y una Supercopa de España.
Luego, en el AC Milan, sumó otra Champions, un Scudetto, una Copa Italia y una Supercopa de Europa, confirmando su jerarquía en el fútbol europeo.

Con la Selección Argentina, en cambio, su paso dejó sensaciones encontradas. Ganó la Copa Confederaciones 1992 y la Copa América 1993, pero quedó marcado por decisiones polémicas y renuncias. El episodio más recordado fue su ausencia en el Mundial 1998 por diferencias con Daniel Passarella, además del golpe anímico en 1994 tras el doping positivo de Diego Maradona.
Así esta hoy Fernando Redondo hoy: retiro y perfil bajo
Los problemas crónicos en la rodilla lo llevaron a retirarse en 2004. Desde entonces, Redondo eligió un perfil discreto, alejado de la exposición mediática. Si bien se capacitó para roles de manager, no llegó a ocupar cargos estables en clubes.

Sí se lo ha visto en funciones puntuales, como cuando actuó de embajador de LaLiga española en 2023. Sin embargo, la mayor parte de estos años los dedicó a la vida familiar y a la crianza de sus hijos.
Hoy, el apellido Redondo sigue sonando fuerte en el fútbol gracias a Federico Redondo, mediocampista surgido en Argentinos Juniors y recientemente transferido al Inter Miami de la MLS.

Fernando suele ser visto acompañando a su hijo en Estados Unidos, donde Federico comparte vestuario con estrellas como Lionel Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba. Para el joven volante, esta etapa representa una oportunidad única de crecimiento, mientras su padre observa orgulloso desde fuera de la cancha.

Lejos de los estadios europeos que lo consagraron, Fernando Redondo disfruta de una vida más tranquila, pero siempre con el fútbol presente. Hoy lo hace desde otro rol: el de padre y referente, acompañando la carrera de su hijo y manteniendo viva la tradición familiar en la élite del deporte.