Los deportes de combate han tenido siempre una gran popularidad. Comenzando con el boxeo, una de las competencias más difundidas a nivel mundial, cuyos orígenes se remontan a fines del milenio IV a.C., son muchas las disciplinas que cautivan las miradas del público.
En términos generales, el muay thai, el kick boxing, el judo, la lucha grecorromana y las artes marciales mixtas (MMA en inglés) son algunas de las disciplinas que históricamente congregaron la mayor cantidad de espectadores.
Una prueba de esta popularidad es el hecho de que en la empresa estrella de las MMA (Mixed Martial Arts), esto es, el Ultimate Fighting Championship (UFC), según el sitio Sporting News, el ticket más barato de la última cartelera numerada (UFC 310) costaba 108 dólares, mientras que el boleto más caro ascendía a 8.325 dólares. En cuanto a la asistencia, para el mismo evento, la cantidad de concurrentes fue de 18.648.
Ni hablar de las peleas de Saúl “Canelo” Álvarez, que cada vez que se presenta congrega a miles de aficionados. A modo de ejemplo, en su cruce contra el británico Billy Joe Saunders, que se celebró en el AT&T Stadium en 2021, la asistencia fue de 73.126 personas, la más grande en la historia del boxeo americano.
Pero, más allá de estos deportes que por su trayectoria ya pueden considerarse como una marca más en el horizonte, en los últimos años viene creciendo en taquilla una competencia que llama la atención por su brutalidad y ferocidad: se llama Bare Knuckle Fighting Championship (BKFC).
Bare Knuckle es una compañía de deportes de combate que promociona, de manera legal, eventos de boxeo a puño limpio. La empresa con sede en Filadelfia, Estados Unidos, fue creada por David Feldman (exboxeador norteamericano) en el año 2018. Tras tomar notoriedad, Conor McGregor, reconocido peleador irlandés de MMA, adquirió un porcentaje de BKFC en 2024.
Las reglas de juego, nada complicadas
En materia de reglamento, las pautas son claras. Los peleadores pueden envolver y vendar la muñeca, el pulgar y la parte media de la mano, pero no pueden colocar nada sobre los nudillos, que deben estar totalmente desprotegidos.
Antes del arranque del inicio de cada round, los “boxeadores” deben ponerse en línea, a un metro de distancia, en el centro del ring. Al canto de “nudillos arriba”, los peleadores pueden iniciar el combate. Los puñetazos son el único golpe permitido y deben ser ejecutados con el puño cerrado. No se permiten patadas, codazos, rodillas ni agarres.
En caso de ser derribado, un luchador tiene 10 segundos para ponerse de pie. De lo contrario, el árbitro se verá obligado a detener la pelea. La duración de la contienda es de dos minutos por round, y cada combate se puede extender hasta cinco asaltos.
De terminar los 10 minutos de combate con los dos peleadores en pie, estos deberán ser sometidos a las tarjetas de los jueces.
La competencia cuenta con nueve categorías masculinas (van desde peso pesado a peso mosca) y dos femeninas (peso mosca y peso paja).
Aunque la mayoría de sus luchadores son norteamericanos y europeos, varios latinoamericanos se cuelan en la nómina de la compañía. Una de las leyendas de los deportes de combate que dijo presente en esta competición fue Luis “Baboon” Palomino; el peruano de 44 años supo ostentar los títulos de peso ligero y wélter.
Franco Tenaglia, el rey de la categoría de peso de ligero
Otro de los que viene destacando por sus buenas performances, y que en octubre de 2024 obtuvo el Campeonato Mundial de Peso Ligero de BKFC, es el argentino Franco Tenaglia (28). El nacido en Burzaco, Buenos Aires, pero ahora radicado en Alicante, España, obtuvo el cinturón tras vencer a Tony “Loco” Soto por decisión mayoritaria. Fue en el evento BKFC Spain, que tuvo como base la ciudad española de Marbella.
A pesar de los recientes éxitos, el “Rey de la Calle”, apodo con que se lo conoce en el rubro, no la tuvo siempre fácil. Nacido en Burzaco, partido de Almirante Brown, el ahora luchador cuenta que cuando era pequeño la vida no le sonreía mucho.
De madre soltera (sus padres se separaron cuando era muy chico), Franco recuerda que a los 10 años de edad ya debía rebuscársela solo. “Me crié en un ambiente hostil, y en lo emocional estaba bastante solo. [Como] Mi madre trabajaba todo el día, no estaba muy acompañado. Mi abuela me crió un poco, pero yo me manejaba solo desde muy niño”, confesó el peleador a Jordi Carrillo de Albornoz Torres (Jordi Wild) en un episodio del pódcast The Wild Project.
Pero a pesar del entorno en el que se movía y con el que interactuaba, Franco pudo continuar asistiendo al colegio, al menos hasta los 17 años, edad en que abandonó. Junto con la escuela, sitio en el que se sentía un poco ajeno, entrenaba kick-boxing en un gimnasio local.
Sin mucho futuro a la vista, e involucrado en un ambiente adverso, a los 18 dejó Argentina en busca de mejores oportunidades. Tras un intento fallido en Nueva Zelanda (lo deportaron por no tener la documentación adecuada), compró un pasaje a España, país al que pudo ingresar sin inconvenientes.
Luego de algunas idas y vueltas por el continente europeo, aterrizó en Cardiff, Gales, donde, después de atravesar situaciones difíciles (llegó a dormir en las calles por no tener dinero suficiente para pagarse un alquiler), fue contratado para pelear clandestinamente en un club de strippers.
Tras varias victorias y un buen desempeño en los combates (logró algunos nocauts contra rivales de talla superior), un patrocinador de boxeo le ofreció asistencia con los trámites para obtener el pasaporte italiano y así poder competir legalmente; hecho que lo obligó a retornar a la Argentina para buscar los papeles que le solicitaban.
Pero el regreso al Viejo Continente no fue de los más grato. Cuando volvió a Gales, por falta de dinero producto de la cancelación de una pelea que tenía prevista, se vio obligado a volver a incurrir en las peleas clandestinas, que esta vez le jugarían una mala pasada. En un arduo combate, se rompió la mandíbula, un pie y una mano; motivo que lo forzó a abandonar los combates de manera transitoria.
Falto de ingresos, conoció a un iraquí en el gimnasio que le ofreció vender crack de cocaína, actividad que realizó por unos meses. Pero tan solo un tiempo después, por su buena reputación como vendedor, conoció a un albanés, para el que empezó a hacer trabajos ilegales.
Tras un breve paso por Países Bajos, llegó a Alemania, donde fue detenido y debió pasar seis meses en la cárcel. Puesto en libertad, decidió regresar a Reino Unido, aunque esta vez sería Londres la ciudad a la que arribaría. Allí confiesa que empezó a entrenar en un mejor gimnasio (London Shoot Fighters).
Todo marchaba bien hasta que un día, en momentos en que la pandemia de Covid-19 empezaba a anticipar lo que se vendría, recibió un llamado de su madre en el que le avisaba que sus abuelos estaban muy enfermos. No lo dudó, compró los pasajes y se volvió para Argentina.
Después de pasar unos meses en tierras sudamericanas junto con su familia, consideró que era hora de volver. Pero hizo algo distinto. Camino a Londres, ciudad en la que estaba viviendo hasta antes de volver a Argentina, hizo una escala en España, y allí se quedó.
Y finalmente es ahí, en España, donde la vida le dio un giro abrupto. Alejado de la mafia albanesa para la que trabajaba, pudo enfocarse más en lo suyo: las peleas. Y junto con las peleas llegó la fama. King of the Streets (Rey de las Calles en español) fue la competencia (ilegal) que lo llevó al estrellato. Allí venció a Czadi, un hooligan polaco, a cabezazos limpios. Tal fue el éxito, que el video del combate obtuvo en YouTube, a la fecha, tres millones de visitas.
A partir de ahí todo fue a más. La popularidad que le otorgó King of the Streets lo llevó a disputar otras competencias, ahora en un entorno profesional. Y qué mejor que hacerlo en Bare Knuckle, la compañía del momento que permite pelear sin guantes, algo a lo que Franco estaba acostumbrado.
Fue así como en agosto de 2022 debutó en el BKFC 27. En aquella ocasión venció a Chasa Symonds, por nocaut, en el segundo asalto.
Aunque también estuvo activo en la categoría de las MMA. Desde inicios de 2023 a la actualidad, se presentó en tres combates (contra David Martin en LBE 02, ante Theo Bashford en WOW FC 10 y enfrentando a José Suarez en WAR MMA 2), con dos victorias y una derrota.
Pero era Bare Knuckle la empresa que le coronaría. Tras derrotar al galés James Lilley por el campeonato europeo de peso ligero inaugural de la competencia en el BKFC 60 (lo hizo representando a España), se ganó el derecho de pelear por el campeonato mundial de peso ligero, entonces vacante. Y es ahí donde pudo gritar campeón. En una riña dura y pareja, logró superar al estadounidense Tony “Loco” Soto por decisión mayoritaria y, así, conquistar no sólo las miradas de quienes asistieron al evento BKFC Spain, sino de todo el universo de las artes marciales.
Nocaut, muerte y polémica
Más allá de su espectacularidad y de su gran difusión, este deporte no está exento de controversias. Para citar un ejemplo, en agosto del año 2021, en la velada del BKFC 20, el peleador Justin Thornton (de entonces 38 años) recibió un impactante nocaut en el primer asalto y tuvo que ser hospitalizado; dos meses después, murió.
El parte médico oficial informó que el estadounidense Thornton había quedado con una parálisis parcial después de la pelea y que, al momento de su deceso, estaba luchando con una infección producto de una lesión en la médula espinal.
El fallecimiento del púgil abrió el debate acerca de cuán segura es esta nueva modalidad de combate y de si no era excesivamente agresiva. Al respecto, Dana White, presidente de la UFC (compañía que lidera las MMA), al ser consultado en una conferencia de prensa de su propia organización por lo sucedido en BKFC, confesó: “Primero que nada, ¿está alguien shockeado por lo que sucedió? [A decir verdad] No soy un gran fan [de esa competencia], y es una preocupación cuando veo que alguno de nuestros peleadores se va de aquí para ir allá [...]. Nosotros hemos estado en el mundo de las peleas por 25 años; yo organicé más de 7.000 combates [que terminaron] sin ninguna lesión seria. Sí, tuvimos algunos huesos rotos y cortes, pero nunca muertos”.
Por último, el empresario de 55 años concluyó que el hecho de que en otras promociones haya heridos de gravedad, e incluso fallecidos, se debe a que estas compañías no invierten lo suficiente en chequeos médicos y prevención, y muchas veces permiten a peleadores que no están en condiciones subirse al ring. “La verdad es que este es un deporte duro. Pero, cuando hacés los exámenes médicos adecuados y gastás el dinero, [estas cosas se pueden prevenir]”, sentenció.