“Ganar así adquiere un valor mayor. Marca una tendencia, que somos difíciles de batir y que en los últimos tres minutos tenemos posibilidades aun cuando estamos jugando mal, y se valora y se empiezan a ver algunas cosas que tiene el equipo”, arrancó Diego Vadell su análisis a La Voz sobre el ajustado triunfo de Instituto ante Oberá por 70-68 por la Liga Nacional de Básquetbol. Sigue invicto de local el Albirrojo.
“Somos un equipo a veces tiene problema con esto de la eficiencia porque tiramos un montón de tiros solos, bien tirado que en otros partidos entran porque jugas bien y tenés un ritmo, esta vez no entraron y eso no nos puso un poco ansiosos. Porque ellos jugaban muy bien y te llevaban todo al límite de la posesión y vos querés en dos minutos estar al lado y te metías en un embrollo”, siguió el entrenador.
“Cuando entendimos eso y defendimos mejor y con dos o tres tiros pudimos, porque nos llevaban 13 o 14 puntos (14) y fueron tres tiros seguidos y el partido se achicó a cinco”, agregó Vadell.
-Faltaba 1’35 e Instituto perdía por siete... ¿Cómo remontaron?
Además. Yo en el banco les dije “Hay que hacer dos defensas y dos buenos ataques”, no es que soy un genio porque dije eso, pero había que defender dos veces y tener eficiencia para que se apriete el partido y ahí vamos a tener chance. Como lo logramos apretar, me parece que también después, un jugador (rival) falló un libre, otro nosotros también fallamos un libre… Se hizo todo mucho más apretado y me parece que los últimos tres minutos lo merecíamos nosotros. Todo el resto del partido, no creo.
-¿Nunca dejaron de creer?
-Sí. Eso marca la tendencia de lo que vos dijiste antes, nosotros fuimos muy buenos en los últimos 3 minutos.
-¿Crees que esos últimos minutos se ganaron por ajustes tácticos o más confianza de los jugadores?
-Hubo un ajuste táctico, algo que parece irrelevante, pero no es. Dejamos de hacer tanto pick and roll para hacer otras cosas, como poder atacar con dribbling, atacar el aro, porque ellos tenían bastante aceitado cómo ayudar y volver, y como no teníamos eficiencia teníamos que intentar de otra manera. Empezamos a bloquearnos entre los perimetrales para ver si podíamos engañar. Nos salió bien, pero no es que es un cierto táctico, si no que le cambiamos la manera de jugar porque no encontrábamos nada realmente. Entonces, me parece que con ese ajuste y una gran defensa de situaciones clave, tres o cuatro seguidas, esas fueron dos cosas que también habíamos ajustado algunas cosas en defensa, pero eran mínimas, era hacer bien lo que habíamos preparado siempre y nos salió bien.
-Hablaste del ritmo del partido, ¿les faltó por los 10 días sin jugar o por lo que impuso Oberá?
No, fue lo que impuso Oberá. Le digo al equipo, no quiero que nosotros juguemos a un ritmo determinado. Nosotros tenemos que jugar con buenos tiros. Si el buen tiro sale al segundo 23, uno tiene que jugar bien y esperarlo. Si son cinco tiros seguidos, al segundo seis, porque el que lo toma es el correcto y venimos con inercia, no hay ningún problema. Pero este equipo (Oberá) no te contraatacaba, te frenaba el balón, te jugaba un bloqueo, otro bloqueo, otro bloqueo, entonces vos te empezas a poner ansioso, haces cosas de más, porque a veces cuando uno tiene ganas hace cosas de más, quiere estar en todos lados y no hace lo correcto. Y le empezamos a abrir algunas ventanas donde ellos castigaron, pero eso fue en el primer tiempo. En el segundo tiempo se combinó nuestro mal juego con la defensa buena, ellos tampoco jugaron tan bien, y ahí se planchó el partido. Después tuvimos una ráfaga que nos metió al final.
-¿Qué fue lo que más te gustó del equipo?
-Me gustó mucho que nunca dejamos de creer que se podía, incluso cuando la diferencia era muy grande. Yo realmente levanté la cabeza y como estaba jugando Oberá y nosotros, más allá que uno siempre trata de ver futuro para ver qué hacer, la veía muy difícil porque estábamos jugando muy mal en ataque. Si uno juega mal en el ataque, es muy difícil ganar por más que defienda. Ellos llevaban 10 puntos en el cuarto y yo veía que no teníamos ofensiva para achicar esa pequeña diferencia. Cuando uno juega a posiciones largas, una diferencia de ocho puntos parece de 20…
-¿Cómo en el básquet de antes?
-Claro. Entonces no te recuperas más si no haces algo, dos defensas corridas y achicas..
-Tampoco tenían eficacia en el tiro de tres puntos ante un equipo como Oberá que te lleva la pintura y ahí te atrapa…
-y nos dificultó muchísimos pases limpios, no nos dejaron pasar bien la pelota como hacemos nosotros, que la sacamos fuerte para que haya extra pase. Hubo mucho toque de balón, mucho contacto, mucha camiseteada… Cuando uno está competitivo, aprende a convivir con eso, porque después uno también lo hace, no es que Oberá son así. Y cuando estábamos incómodo, después nos adaptamos eso y ya no nos importaba más que nos estén camiseteando. Me parece que nos impusimos y eso me pone muy contento.
























