Parecía estar sumido en un sueño sin final, en el descanso merecido de los viejos gladiadores, rendidos después de haber entregado todo. Hace varios años que toda referencia grandilocuente a su nombre, en el concierto del básquetbol cordobés, estaba escrita en tiempo pretérito. Hace ya varias décadas, Hindú Club había resignado su histórico papel protagonista y esas grandes epopeyas que lo vieron victorioso eran cosa del pasado. Y si bien mantuvo vigente la actividad social y la fábrica de sacar cracks de sus equipos de cabotaje, el viejo y glorioso club de barrio General Paz había dejado de ser noticia.
Pero, a dos años de convertirse en centenario (fue fundado el 25 de mayo de 1927), sonó el despertador y el guerrero despertó con un anuncio que lo devuelve al escenario nacional: el club será parte de la próxima edición de la Liga Argentina, la segunda categoría de nuestro básquetbol, y además iniciará otro camino inédito, el de sumar a su plantel femenino a la máxima divisional nacional.
Así, los aurinegros de calle Sarmiento se acoplarán a la ahora nutrida camada de clubes cordobeses que participan del deporte de la canasta, que durante varios años tuvo por único representante a Atenas en el nivel superior y a otros alternándose en el ascenso sin demasiadas pretensiones.
Con Instituto, Atenas e Independiente de Oliva conformando el terceto cordobés de Liga Nacional, Hindú Club se suma ahora a Barrio Parque para reforzar la avanzada provincial desde la categoría inmediata inferior, junto a San Isidro de San Francisco y del también debutante Bochas Sports de Colonia Caroya.
Claro que primero hay que consolidar un proyecto que en 2021 agregó como asesor a Rubén Magnano, pero no son pocos los que ya sueñan con ojos abiertos la posibilidad de reeditar pronto los clásicos con los griegos y los albirrojos, que en los años ‘70/’80 atrapaban a la Córdoba deportiva.
Era la época dorada del básquetbol de la Asociación Cordobesa, cuando la actividad netamente amateur había comenzado a transformarse en algo más serio. Fueron tiempos en que hubo que hacer esfuerzos extras de superación, como acondicionar las canchas y conformar planteles competitivos. Y en ambas aristas, Hindú fue pionero.
El 2 de abril de 1979, el club anunció la llegada de Jim Wood, un pivote rubio de 2,05 metros que se convirtió en el primer refuerzo estadounidense llegado a Córdoba y uno de los primeros arribado al país detrás de River, que en 1975 hizo la punta con Cleotis Reece y Jimmy Rogers, y de Obras Sanitarias, que en 1976 incorporó a Mark Wasley. Enseguida llegó el segundo: Mike Daugherty.
En julio de ese mismo año, finalizó las obras en su nuevo estadio techado con la colocación del piso de parqué, el primero en su tipo de las canchas cordobesas.
¿Algo más? Sí, en septiembre de 1980 organizó la Primera Clínica Internacional de Básquetbol, con la presencia de Jerry Peen, director técnico de la Universidad de Utah.
Historia grande
Fundado el 25 de mayo de 1927, surgió por iniciativa de un grupo de chiquilines que lograron concretar el sueño del club propio, la nueva entidad sumó rápidamente una importante cantidad de adeptos entre los integrantes de la barriada.
Un año antes, esos jóvenes habían sido deslumbrados con el Hindú Club de Buenos Aires, un equipo que había logrado cierto renombre luego de una gira por Europa y que llegó a Córdoba para disputar un amistoso contra un combinado local. En honor a ellos, los socios decidieron colocarle el mismo nombre a la flamante entidad. En sus inicios, además de básquetbol, Hindú ofrecía rugby y hockey.
No pudo ser mejor su presentación en sociedad. El 20 de mayo de 1928 participó del primer Campeonato Relámpago organizado por la Federación Cordobesa de Básquetbol y se consagró campeón al vencer en la final a Instituto por 14 a 6. Al año siguiente, obtuvo la Copa Estímulo, superando en el juego decisivo a Velocidad y Resistencia 24 a 20.
En 1939, logró por primera vez el campeonato Oficial y luego emprendió su primera excursión fuera de Córdoba, para participar de una gira por Rafaela, en Santa Fe.
Su peregrinar por terrenos del barrio finalizó el 18 de mayo de 1952, cuando procedió a una fastuosa inauguración de sus nuevas instalaciones, en el mismo predio que ocupa hoy, en Sarmiento 1250. En la ocasión, el estreno de su cancha estuvo a cargo de los Globetrotters, que disputaron una inolvidable velada junto al equipo de All Stars.
Después soñó en grande y hasta se animó a “vender un buzón” a los medios. El 20 de septiembre de 1961, los dirigentes Luis Cometti, Benjamín Guenzugutchekian y Ricardo Bornancini se llegaron hasta La Voz del Interior con un anuncio impactante: un magnífico estadio cubierto para 10 mil espectadores.
“Los tableros –aseguraban– serán de crista, colgantes del techo en forma tal que no obstaculicen la visual, la que será perfecta desde cualquier ángulo. Estará dotado de todos los adelantos arquitectónicos y de aire acondicionado. También se ha contemplado la instalación de marcadores eléctricos automáticos, llevando control de tiempo y score”. Recién 18 años más tarde, en 1979, Hindú pudo techar su gimnasio con capacidad para un millar de personas y dejó los viejos marcadores manuales de lata para colocar su primer tablero electrónico. El aire acondicionado sigue esperando.
Campeones y estrellas
La noche del 9 de marzo de 1978, barrio General Paz fue testigo de la final del Certamen Mayor entre los dos representantes de esa barriada: Hindú Club y la desaparecida Asociación Redes Cordobesas.
En el primer partido, jugado en la cancha de 24 de Septiembre y Roma, Hindú había sorprendido con una victoria de 54 a 43 y quedó en inmejorables condiciones de lograr el segundo título en 50 años.
En la revancha, Hindú volvió a imponerse, esta vez 65 a 62, y Germán Filloy, heredero de la magia de Fernando Prato la primera luminaria del club, fue el goleador de la noche con 19 puntos. Además de “Fatiga”, integraron el plantel los hermanos Hugo y Alberto Duarte, Rodolfo Lacasia, Mario Ferando, Pablo Lyon y Miguel Farías.
Allí comenzaron los años dorados de Hindú, con participación en torneos nacionales e internacionales, a la vez que se sumó al impulso para crear la Liga Nacional. Por esos días, enfrentó con suerte diversa a la selección argentina, Mobilgirgi de Italia (campeón europeo), River Plate, Sirio de Brasil (con Oscar Schmidt).
El 2 de diciembre de 1979, en su mayor logro institucional, disputó la final del quinto Campeonato Argentino de Clubes Campeones, en la cual cayó ante un poderoso Gimnasia de La Plata, que lo venció 93-77.
Los vaivenes de la economía argentina fueron apremiándolo, y en vísperas de la creación de la Liga Nacional, el club sufrió una intervención del Poder Ejecutivo que le robó el protagonismo histórico. Así, de un día para el otro, quedaron archivados los sueños de grandeza que ahora, con un contagioso entusiasmo, pretende reflotar.